Abro los ojos con pesadez cuando el despertador suena y alargo la mano para apagarlo. Vuelvo a cerrar los ojos y sé que no puedo quedarme dormida, pero es inevitable por el martilleante dolor de cabeza. Sarah aparece en mi habitación cada cinco minutos para que no duerma y decido levantarme. Tengo la boca seca y en este momento desearía no haber bebido tanto. Nunca he sido muy amiga del alcohol, por eso siempre controlo y paro cuando mi cuerpo ha tenido suficiente. Ayer me había dado igual y ahora recuerdo por qué. Jared con una mujer. Doy un largo y pesado suspiro antes de meterme en la ducha y sé que algo va mal conmigo. A pesar de que me repito una y otra vez que no tenemos nada y que él puede hacer lo que quiera, no puedo evitar sentirme mal porque estoy pensando en él más de lo debi