Al volver a Roma para retomar la rutina laboral, Rafael y yo fuimos avisados por una de las secretarias de recepción de que Dante Ricci nos esperaba en su oficina. Así que allá fuimos, y apenas abrimos la puerta luego de que nos autorizó a ingresar, vimos que delante de su cara de pocos amigos había un montón de diarios amarillistas en los cuales, al parecer, nos habían retratado en nuestras vacaciones… ¡Junto a su hijo y con Adriano y Carlo!
Dante Ricci - ¿Alguno de ustedes puede explicarme qué es esto? (estirando su mano con uno de los suplementos fuertemente agarrado y acompañado por una expresión de ira digna de una película de Hollywood)
Letizia - ¡Pues es lo que ves! (tomando uno de los periódicos en mis manos) ¡Mira qué bonitos salimos, Rafa! (le mostré a Rafael, quien no le qu
