Abro mis ojos despacio encontrando la mirada dorada de Uzziel fija en mí, sonrió y acaricio su mejilla. —Buenos días, —murmura con su voz ronca, me acurruco en su pecho. — ¿Tienes mucho tiempo despierto? —Una hora, ¿Dormiste bien? —Cuestiona llevando su mano hasta la parte trasera de mi cabeza y acaricia mi cuero cabelludo. —Bastante ¿Y tú? —Igual, no quiero salir de la cama pero debemos hacerlo, —comenta sentándose—Hoy empiezas tu primer entrenamiento con las guardianas para controlar los recuerdos de las anteriores alondrizas con ellos conocerás más mi pueblo y como era mi planeta antes de venir al suyo, —eso es algo emocionante por lo que sonrió ampliamente. —Es genial, —murmuro para luego juntos salir de la cama e ir al baño donde nos duchamos y luego bajamos a desayunar junto a