Peyton Aragón
Ellos serán más difícil de lo que pensé.
― Sólo di que no, es un instinto, es normal que cuando dos mates se encuentran apareen en el momento, por instinto, a nosostros no nos harán caso a ti si ― explica Axel tenso..
― ¿Apareen? ― pregunto ― No somos animales.
― Nosotros no, nuestros instintos si
Como cuando muerden mi cuello, dejan marcas, mi clítoris palpita, la mano de uno de los dos está cerca
― Podemos hablar de mis padres si me sueltan ― susurro como puedo.
Sus manos aprietan mi piel demsiado fuerte que se siente bien, cierro los ojos sintiendo cuando me sueltan.
― Sin duda sus instintos son animales ― me río.
Me miran con seriedad los cuatro pero eso no quita mi sonrisa, muerdo mi labio inferior arreglando la camisa que sobre mi cuerpo, cierro los ojos sintiendo la tela húmeda del boxer frotarse contra mi clítoris.
Su olfato está agudizado... ellos lo sienten. Me cubro con las sábanas tratando de ignorar la culpa.
― ¿Segura quieres hablar de tus padres? ― pregunta Austin tensa alejándose a algún lugar de la habitación.
Lo veo acomodar algo en su entrepierna pero no logró ver lo que acomoda.
― Si.
― Puedes contarnos como llegaste al orfanato si así lo quieres ― dice acariciando mi muslo derecho.
Son unos desconocidos que se toman muchas malditas libertades y me está jodiendo como me gusta las malditas libertades que se toman.
― ¿Como llegue al orfanato? ― pregunta para concentrarme, la pregunta parece más hecha para mi que para ellos ― en realidad no lo se... ― respiro profundo dandome fuerza para el próximo cuento de mentiras y pocas verdades que saldrá de mis labios ― días antes tuve un accidente automovilístico, fue... duro y rojo ― lleno de sangre que veo en mis manos por cada sueño o pesadilla que tengo ― termine en un hospital, por unos días estuve anestesiada, los que iban en el auto conmigo estaban completamente calcinados, sin... ― parpadeo esperando mi visión se estabilice pero sólo se pone borrosa ― sin nada que pudiera decir quienes eran ― miento ― no se sabe quienes iban conmigo, no recordaba nada hasta el día de hoy no recuerdo y lo que recuerdo es muy borroso y.... y... ― mi corazon se acelera ― días después recordé mi nombre, buscaron una acta de nacimiento que lo confirmaran y la encontraron pero ahí acaba, solo está mi nombre, de mi padre y madre no hay nada, dice en que país nací, lo esencial, sin registro del hospital donde nací o eso, y entonces mi memoria empieza desde que tengo 14 años --- suspiro temblorosa dejando una lágrima caiga.
Se siente artificial porque yo no lloro.
― ¿A quién obedeces Peyton? ― pregunta Andrew golepandome con sus solas palabras el alma.
Parece que todo comienza a ir en cámara lenta, alzó la mirada encontrandome con sus ojos ¿En qué he fallado?
― Recuerdas, recuerdas lo que sucedió y como fue tu vida antes del accidente ― afirma Austin.
¿Me van a matar? Parpadeo haciendo mis manos puños, tenso la mandíbula y me trago mi dolor.
El que no diga la verdad no significa que ese accidente no duela, eso nunca dejará de doler.
― ¿Responderas Peyton? ¿A Quien obedeces y que tan relevante es para que no te asinceres con nadie? ― pregunta de nuevo Andrew con mayor firmeza.
Es exactamente como esos detectives cuando me interrogaron, imperturbable, mi dolor es insignificativo.
Se una buena mentirosa.
― A nadie en especial, solo recuerdo las palabras del doctor y las obedezco ya que no recuerdo, sus palabras siempre han sido un apoyo para mi aún cuando el no esté, varios especialistas dijeron que mi amnesia podría durar años o toda la vida ― digo natural, sin pensar en nada sino me volverán a joder.
Andrew trata de soltar la tensión en su cuerpo y agarra mi mentón para ver mi rostro, lo veo a sus hermosos ojos grises entre azul.
― Esta bien, mamá nos contó algo similar ¿Como ha sido tu vida después de eso? ― pregunta Axel comprensible.
No lo es, ninguno de ellos lo es, son hombres con los que debes pensar dos veces antes de decirles algo.
― No lo sé parecía un círculo, sólo veo el accidente la mayoría del tiempo y nunca hay un rostro, me pude reconstruir como persona.
― ¿Fue muy difícil para ti? ― pregunta Austin.
Es como si fuera una burla ya que no me cree, Andrew aprieta su agarre en mi mentón, lo veo de nuevo, sus facciones son perfectas como la mirada que me da, siempre supe que había algo mal conmigo cuando me sentía más atraída y vulnerable ante hombres grandes, dominantes, intimidante y frívolos.
La sensación es tan escalofriante que me gusta.
― Lo fue ― sus dedos acarician mis mentón antes de soltarme, trago grueso ― emmm esto es raro.
― ¿El que? ― pregunta Austin desconcertado.
― El que ustedes son cuatro y yo uno y que me han visto cara de propiedad y... ― sus gruñidos me detienen.
Paso mi lengua por mi labio superior, muerdo mi labio inferior mirando a los cuatro hombres.
― No te vimos como una propiedad ― aclara Adam viéndome con seriedad ― simplemente eres nuestra mate, por lo tanto nos perteneces.
― ¿A eso le dices no ver a alguien como una propiedad? ― pregunto con una ceja alzada y con una sonrisa en los labios ― Tu y yo tenemos términos diferentes.
― Nosotros también te pertenecemos ― agrega Axel.
Admito que están guapos los cuatro y que me atraen pero esto es secuestro, somos especies diferentes y posiblemente juntos o separados vayamos a morir.
― Ninguno de los presentes es propiedad joder, no soy propiedad ni ustedes tampoco, solo, es raro y no es normal ver a una mujer con cuatro hombres hombres ― analizó un poco lo que estoy por decir ― ¿Están seguros que somos compatibles? ― nos señalo ― ustedes son hombres lobos y yo solo soy una humana ¿Alguna acción física de ustedes podría matarme? ― pregunto enviando mi cabello para atrás.
Ellos se tensan mirándome, Adam se apoya de la cama mirándome con una sonrisa divertida y a la vez perversa que me estremece.
― ¿De qué hablas exactamente? ¿Si podríamos hacerte daño en cualquier momento o cuando te poseamos? ― pregunta Adam.
― De todo en general.
Lame sus labios provocando mis sensaciones traicioneras.
― Nunca podríamos hacerte daño, nuestra mate es quien nos mantiene en control, así estemos en nuestra forma más bestial tu eres intocable ― asegura.
«Intocable»
La dimensión de esta palabra me toca escalofríos ¿Si él me considerarse intocable estaría ahora en esta situación?
― Al menos son guapos ― expresó entre dientes para mi como si fuera un punto positivo pero no lo es.
Alzó la mirada encontrandome con sus sonrisas.
Error, me oyeron.
― ¿Que has dicho? ― pregunta Adam coqueto.
― Dije muchas cosas.
― Sabes de lo que hablo.
― No, no lo sé ¿El qué?
― Te oímos bien ― responde Austin coqueto.
― No, no se ― digo viendo mi muslo izquierdo el cual tiene marcada una mano.
― ¿Te gusta hacer las cosas difíciles? ― pregunta Andrew cerca de mi oído mandando esas corrientes eléctricas por todo mi cuerpo.
Lamo mis labios mirandolo con negación.
― Me dejaste marcado el muslo ― le enseñó la parte donde esta la marca de su mano en mi muslos.
― Y la próxima tal vez tr marcaremos el culo sino dices que dijiste ― responde Axel juguetón poniendome roja.
― ¿Qué has dicho? ― pregunto esperando que haya oído mal o que el tenga la suficiente valentía para repetirlo.
― Que la próxima tal vez te marcaremos el...
― Bien, ya veo que lo bien, no hace falta lo repitas ― aclaró sonrojada.
― ¿Entonces? ― pregunta sin borrar su sonrisa.
― Sólo he ducho que al menos son guapos ― corto el lío.
― ¿Acaso era muy difícil decirlo? ― pregunta Adam.
¿Y agrandar su ego? Si.
― Tengo hombre ― cambio el tema rápido.
― ¡Mierda! Se supone que ya deberías de haber comido ― responde Adam levantándose de la cama.
La mirada de Austin, Andrew y Axel me perdonan el alma ¿Como diablos haré para que me dejen ir? Tengo una vida en mi país y ellos no están en ella...
[•••]
Veo por la ventana de la habitación el bello paisaje de los árboles sin poder creer el tiempo que llevo acá pero las líneas marcadas con mis uñas en el marco de la ventana lo confirma.
Siete días
Parpadeo mirando borroso, dejó caer la cabeza contra la ventana mi respiración se agita complicando mis emociones suelto un sollozo tembloroso, muerdo mi labio inferior con demasiada fuerza al mismo tiempo que alzó la cabeza para seguir viendo el paisaje.
Siete días ¿Y algo a cambiado? La realidad es que no, no dormimos juntos algo que para mi es un verdadero alivio, sólo se que ellos también duermen en la misma planta que yo pero diferente habitación.
¿Y que hablar de ellos?
Bueno, ellos son unos completos idiotas Dominantes ¡Qué me tienen encerrada! Y es por eso mismo que la semana se siente una tortura, no he visto a Andrew ¿me siento mal por eso? Creo que un poco, pero recién los conozco no se que me pasa cada día en este lugar me vuelvo un poco mas loca de lo que ya estaba, Adam se encarga que coma correctamente pero sólo deja la comida y se va, luego regresa por ella y se vuelve a ir, Axel de mis medicinas y Austin de dejarme en claro que este es mi nuevo hogar, luego de eso me dejan sola.
Es muy probable que me quieran dar mi espacio pero no está funcionando, no verlos me quema y es tan... ¿Me extrañan? Porque yo si y ahora estar con estos hombres lobo me está haciendo tango daño como no tenerlos, no se que hacer.
Tomo el papel higiénico que últimamente es mi compañero, seco la sangre de mi nariz, me pasa cada cierto tiempo y me duele la cabeza un poco cuando sucede y últimamente también me duelen los huesos.
Veo por la ventana y siento una presión más intensa se presenta en mi pecho que la primera vez pero esta es diferente e instintivamente llevo mis manos a mi pecho y presionó con fuerza intentando que la punzada desagradable desaparezca, me concentró en el paisaje y en controlar mi respiración pero veo una paraje que llama mucho mi atención, me acomodo mejor en mi lugar apoyandome del marco de la ventana, mi visión se agudiza en especial al ver que conozco a uno de la pareja y es que podría reconocer a esa persona en cualquier lugar, perras como ella es difícil de ignorar Dorina, mi desagrado por ella es tan irreconocible que no entiendo como su sola imagen tiene un alto poder de amargarme el paladar.
Mi atención es más al ver como discute muy históricamente con el hombre que me da la espalda, por lo que veo es un hombre de espalda ancha, músculos tonificados, fuerte y alto, me concentró en ellos con demasiada atención y tratan de convencerme que es simple curiosidad y una corazonada me alientan a quedarme acá, inclino la cabeza esperando ver mejor, veo que ella toca el rostro del hombre mientras llora, lágrimas hipócritas, siento como esa presión en mi pecho se hace mas intensa, pero considerable, veo que ella lo besa y tal acción me envía para atrás, todo se intensifica, lo que mis sentidos captan y el dolor en mi pecho es mas punzante, otros dos hombres se acercan, los tres juntos se me hacen conocidos, trato de recordarlos, pero al no ver su rostro no se de quien trata, veo que ella agarra a unos de los que recién se acaban de unir a esa platica apasionada, ella también agarra al hombre de rostro y lo besa desesperada, el hombre pone sus manos en sus brazos para alejaría supongo, el discute con ella y es cuando en un momento desesperado ellos hacen un movimiento permitiendome ver su rostro, y eso no ayuda, ya que en mi pecho siente que pronto se desvanecerá de dolor.
¿porque siento esto? Yo no los conozco.
Me quedo en mi lugar estudiando las sensaciones y porque las siento.
Ellos no valen la pena.
No debería estar sintiendo nada de esto por ellos.
Veo que ella al final logra su propósito y los tiene a ellos comiendo de la Palma de su mano, la besan de forma pasional, Dorina es una persona desagradable pero muy hermosa, no se puede negar lo obvio.
Uno de ellos le habla unas cuantas palabras al oído y... decido de dejar ver esa escena de porquería, voy al baño y veo mi reflejo en el espejo sintiendo asco de mi al tener tantos recuerdos y sentimientos oprimidos por culpa de él. Mi agarre al rededor de la lavamanos se tensa, la corriente casi me parte y destruye el alma, como si a mi cabeza le estuviera pidiendo todo lo contrario sólo puedo verme a mi con cada ser querido que se me impide amar o querer.
Duele, duele no poder tenerlos.
Sin pensarla he impulsivamente doy un golpe al espejo quebrandolo y viendo como los pedazos del vidrio caen, mis nudillos destrozados sangran, caigo al lado de del lavamanos mientras pronunció para mi misma que estos es temporal.
― Dejar entrar a personas nuevas a tu vida no es una opción ― me recuerdo.
Logró contenerme un poco, respirando profundo me contengo así el recuerdo de ellos con ella siga persiguiendome.
¿Que se puede esperar de hombres los cuales no conoces? Nada, absolutamente nada.
Los celos se hacen intensos, clavo mis uñas en las palmas de mi mano ¡Joder! ¡Joder! Llevo mis piernas contra mi oecho y las abrazo, apoyo mi rostro en mis rodillas.
Esto no es un mundo real, ellos se irán y yo me quedaré porque la dueña de mi mundo sólo puedo ser yo.
Salgo de mis pensamientos al ver a Andrew frente a mi y la puerta tumbada en el piso.
Se acerca a mi y en un momento de debilidad estiró mis brazos hacia el quién sin dudarlo me agrra entre sus brazos y me acuna en ellos.
― ¿Que sucedio mi luna? dime cariño ¿Que tienes? --- pregunta con una voz muy suave y preocupado mientras yo hundo mi rostro en su pecho.
Me ha dicho mi luna y cariño...
Lo oigo reír y levantó la vista viéndolo confunsa, pero sonrió al oírlo reír ligeramente, bella risa y perfecta sonrisa.
― Vamos a curar esas heridas mi luna ― sonrió para mi.
Mientras me lleva estilo princesa a la cama, me deposita en ella para luego ir por el maletín de primeros auxilios.
Andrew regresa y empieza a curar mis heridas, no me quejo ya estoy acostumbrada y además Andrew lo hace con una gran delicadeza que no puedo evitar sólo sonreír.
― ¿Me dirás que paso? ― pregunta con esa voz que me deshace.
― No paso nada... ― que no haya pasado otras veces.
― ¿No paso nada? ― pregunta con sarcasmo ― esto es nada ― dice levantando mi mano y mostrándome mis nudillos.
Veo hacia otro lado que no sean sus hermosos ardientes ojos y el hace algo que me toma por sorpresa, besa la parte de mis nudillos con una delicadeza mandando corrientes eléctricas a todo mi cuerpo y por alguna rara razón me acerco a el mirando su atención demás en mi, es cauteloso y atento a mis movimientos, pero pregunto.
― ¿En serio no era lo que esperabas? ― pregunto con un tono de voz muy tímido ― ¿En serio no era lo que ustedes esperaban? ― vuelvo a preguntar esperando con ansias su respuesta.
Hace unos días atrás, tal vez el día que ellos me dejaron dormir sola, tuvimos una conversación muy corta que sentí irrelevante en la que hice enojar a Andrew, Austin y un poco a Adam y a Axel. Estar encerrada me estresa.
― No, no eras, no eres ni serás lo que esperábamos ― responde concentrando en mis heridas, creo que dolió ― nunca serás lo que esperábamos porque el destino nos da cosas mejores y tú eras algo que yo no esperaba ― aclara.
Lo miro a los ojos esperando sea una mentira pero estoy segura que no lo es. Sus manos me rodean acercándome a él. Aprisiona mi cintura con uno de sus brazos y con el otro agarro mi nunca para luego besar mis labios.
Toda pasa tan rápido que no tengo el tiempo suficiente para procesarlo, mis manos y mi cuerpo entero queda estático como si estuviera en el aire. Me cuesta corresponder por la sopresa.
Al ver que no respondo muerde mi labio de una manera desesperada y yo trato de procesarlo aún, al cabo de todo el se separa al ver que no reaccione al beso.
― Lo lamento, no debi...
Lo agarro de la nuca para profundizar el beso interrumpiendo cualquier palabra de sus labios, sus labios son suaves y húmedos, el me sube a su regazo sin mucho esfuerzo, me acomodo en sobre el a horcajadas, el beso es salvaje y necesitado. Mis manos presionan cada uno de sus músculos hasta llegar a su cabello donde mis dedos se enredan en el.
El calor se acumula y comienza a abrumarme. Me tenso cuando recuerdo que sólo tengo una camisa de ellos y un panst, estoy segura que siente mis pechos porque yo siento todo de él contra ellos.
Pegamos nuestras frentes cuando el beso acaba y nos miramos directamente, joder estoy segura que estoy roja.
Andrew sonríe un poco arrogante para luego darme un beso casto y sonreír.
― Hoy abra una pequeña gala así que arreglate por favor, mi madre se dio el tiempo y derecho sola de escoger tu vestido --- informa acariciando cada parte de mi cuerpo con sus manos.
Cierro los ojos sintiendo cada toque de el son cargas eléctricas por todo mi cuerpo.
― Bien.
― Tengo que arreglar unas cosas ahora pero tu y yo tenemos una platica pendiente ― habla otra vez para volver a besarme pero esta vez me muerde el labio inferior.
Cuando está por levantarse lo empujó de regreso a la cama conmigo en su regazo, lo tomo del cuello y mandíbula antes de impactar mis labios de nuevo con el, esto se siente tan bien, Sus labios son adictivos.
Su mano me toma del cabello con firmeza alejandome de él.
― Creo que es suficiente ― advierte tenso.
No para mi, me acomodo bajando un poco más para sentarme justo donde... gimo sintiendo algo grande ahí, cierro los ojos unos segundos muy cortos teniendolos que abrir por sus dedos en mi marca.
― Andrew... ― me quejo con el aire atascado en el pecho.
― Abajo ― ordena acariciando la marca con sus pulgar.
Todo dentro de mi se contrae.
― Andrew ― gimo moviéndome sobre el.
Si agarre en mi cabello se tensa, hace uso de su cordura para quitarme de él, me río aún sintiendo el placer en cada parte de mi cuerpo, quedo sobre la cama y el de pie, me mira con severidad, aprieto uno de mis pezones sobre la camisa.
― Solucionaremos esto luego ― responde tenso.
Sonrió de lado.
― Posiblemente luego ya no lo quiera pero si es lo que tu quieres, por mi esta bien.
Paso mi lengua por mi labio superior antes de voltearme sobre la cama y alzar mi culo antes de ponerme en cuatro y gatear a la cabecera.
― Gracias por curar mis manos Andrew, es un gesto muy lindo de tu parte ― sonrió sentandome en la cama y mirandolo.
Su mirada atenta me persigue, toma el botiquín de primeros auxilios dejandolo en la mesita de noche, sale de la habitación con un fuerte portazo.
Gruñón.
Como idiota llevo mis dedos a mis labios y los acarició, trato de regularizar mi respiración para dormir un poco tal vez el calor se vaya pero mi cuerpo sigue hormigueando.
Me acuesto en la cama.
― Nunca digas nunca ― me recuerdo cerrando los ojos.
La tarde deja ir su tiempo normal, Llega la hora de la pequeña gala de la que no estaba avisada hasta hace unas horas.
Con el vestido no proteste porque en realidad si que me gustó.
Decidí arreglarme, me di un baño y entre todo termine por arreglarme y veme aquí con el bello vestido que es color beige entre dorado, pegado a mi cuerpo que revela una de mis piernas, es de escote en V y de manga larga, de encaje las mangas, es de una ligera tela delgada y fina, muy elegante y presentable, unos zapatillas doradas, con diez cm de alto de tacón de aguja, y un lindo abrigo blanco que llega a las rodillas, mi cabello va suelto y liso.
Busco mi chaqueta, la que traía el día que los cavernicolas me raptaron, saco mi brazalete de luna ya que tiene un significado muy importante para mi, es de oro blanco, muy fina en sus diseños, siempre la he cuidado con mi alma al igual que la cadena a juego del brazalete, la cadena la dejo guardada con mi celular el cual no tiene señal, lo he revisado todos los días y en ninguno he podido contarme con alguien.
Tocan la puerta haciéndome salir de mis pensamientos, la abro con cautela sin razón de paranoia.
Detrás de la puerta se encuentra Axel con una encantadora sonrisa que en un dos por tres sus labios forma una pequeña O de sorpresa.
Maldito ser del demonio, pulgoso.
― Sexy es la única palabra que te define mi luna ― halaga coqueto poniendo sus manos en mi cintura para acercarme a él.
A diferencia de el, yo no mantengo ni una sola simple somrisa, lo alejo poniendo mi manos sobre su pecho, me siento haciéndome aún lado, dejándome una mejor vista de su persona, veo que va en traje elegante, exactamente hecho para su muy, pero muy bien trabajado cuerpo, su traje es n***o con una camisa formal azul, y joder, decir que no se ve guapo y maldita mente sexy como atractivo sería mentira, pero lo que menos quiero ahora es tenerlo cerca, sus rasgos tan masculinos y esos ojos me enloquecen poniendome furiosa por dentro.
― Gracias, te diría lo mismo, pero no estoy acostumbrada a dar cumplidos o halagos a secuestradores mentirosos ― susurro para mi, el endurece su mandíbula tenso por mis palabras pero procedo ― en este caso a mis captores ― habla con sensualidad fingida.
Axel sonrió ampliamente para luego acercarse peligrosamente a mi y rodearme con sus musculosos y fuertes brazos, habla muy cerca de mi oído estremeciendome.
― Al menos sabes que somos tus captores, solo tuyos y tu sólo nuestra.
¿Sólo míos? ¡descarado mentiroso!
Le doy una mirada fría y trato de alejarme de el
― ¿Ya están listos? ― pregunta la profunda voz de Austin apareciendo detrás de Axel.
Pero ni así Axel se alejo, solo me dio la vuelta en sus brazos haciéndome encarar a Austin, quien vestía el mismo atuendo que Axel con la diferencia que el tenía una camisa negra, Austin me escanea con la mirada para luego sonreír y verme a los ojos.
― Bella y exquisita ― hablo con un tono de voz más ronco y profundo.
Lo veo a los ojos los cuales solo transmiten lujuria pura. Me aclaró la garganta, desearía preguntar de que es la gala pero es lo que menos me importa.
― ¿Bajamos? ― pregunto cortante.
Finjo una sonrisa ocultando mi deseo de darles una buena bofetada a cada uno como hacerlos sentir como yo me siento.
― ¿Listos? ― pregunta Adam apareciendo detrás de Austin con Andrew detrás de él para luego fijar su mirada en mi ― preciosa mi luna ― me halaga repasandome con la mirada.
Sólo puedo recordar que me dijeron más de tres veces que eran míos y luego estaban en brazos de Dorina y me amarga por completo en cada aspecto, deseo atravesarlos con algún objetos filoso.
― Gracias ― respondo igual de cortante que antes.
― ¿Podemos bajar ya? ― pregunta Andrew casi con desespero y exigencia obteniendo la atención de nosostros cuatro.
Austin le da una mirada sería por el tono de voz que uso, siendo sinceros la desaprobación no le queda a Austin.
No hablamos mas,me acerco a Andrew de forma sutil alejando a los otros tres de mi, bajamos a la sala, en la cual ya se oían algunas voces.
¿Porque tengo ganas de explotar y golpearlo? Los celos me desesperan en especial si es por ellos.
Entramos a la sala encontrándonos con los señores McGregor y un hombre aproximadamente de la edad de mis captores, muy atractivo que llama mi atención, de ojos celestes oscuros, su mirada conecta conmigo erizandome la piel, me dejó guiar por Andrew sin poder dejar de ver al hombre de ojos celestes, siento como mi cuerpo se congela lentamente por dentro no hasta que veo al pequeño Aiden uno de los hijos de la Dra . McGregor que puedo salir del hechizo de ese hombre, a Aiden si lo conozco, ya que el si llego a visitar el orfanato, Aiden cuando me ve se le expande una bella sonrisa y camina hacía mi de forma elegante hasta abrazarme a lo que yo lo recibo gustosa, ya que siempre lo el visto como un niño muy inteligente y tierno.
Es dos años menor que yo, tiene dieciocho actualmente si estoy en lo correcto.
― ¡Peyton! ― exclama entusiasta.
― ¡Aiden! ― exclamó de la misma forma abrazandolo con emoción.
No se en que momento es arrebatado de mis brazos para luego empujado contra la Pared, haciendo chillar a la doctora McGregor de una forma aterrorizada.
Veo mal a Andrew quien fue el que ocasionó este espectáculo de mal gusto.
― ¡¿A ti que diablos te pasa?! ― exclamó muy enojada ― ¡es solo un niño déjalo! ― exclamó enojada.
― ¡Déjalo que ya no soy un niño! ― exclama Aiden molesto mirando a su hermano con enojo.
Me acerco con ellos esperando poder alejar a Andrew pero este me gruñe.
― El no tenia el porque tocarte de esa forma ― habla entre dientes de una forma muy seca que hiela tu sangre.
― ¿De qué forma? ¡¿como que tocarme?! ¡el solo me abrazo! ― exclamó enojada ― ¿que acaso te has vuelto loco? ― pregunto llena de enojo ― ¡¿O es que acaso ya no puede abrazarme nadie?! ¡porque eso ya seria... ― no termino de hablar porque 4 voces muy profundas me interrumpen.
― NO ― exclaman molestos Andrew, Adam, Austin y Axel.
¿Me están jodiendo? Por un momento creo ver rojo.
― Lo que me faltaba ― susurro entre dientes ― ¿que acaso están enfermos? ¡es su hermano! Y ¡tiene dieciocho años! ― grito lo ultimo enojada ― ¡¿porque no te buscas uno de tu tamaño para pelear?! y no con un niño.
La doctora McGregor sale de su shock para intervenir.
― ¡Duelta a Aiden, Andrew! Soy tu madre y no te gustarán las consecuencias sino lo haces ― amenaza a Andrew con la mirada.
― ¡Andrew tu madre no lo repetirá! ― exclama molesto el señor McGregor.
Andrew lo suelta lentamente y cuando al fin lo deja me acerco rápidamente a Aiden y lo ayudó.
― ¡En serio que eres un cavernicola! ― exclamó furiosa a Andrew.
Veo a Aiden toser un poco y le doy unas palmaditas, frunce el ceño y de la nada pregunta.
― ¿Hicieron tarta de arándanos? ― pregunta Aiden arrugando la nariz y yo lo veo rara.
― ¿En serio? te acaban de estampar contra la pared y tu preguntas eso ― lo veo divertida pero el niega con la cabeza.
De alguna forma la pregunta absurda me ha ayudado alejar un poco el mal humor. Oigo a los cavernicolas detrás de mí gruñir, y luego un chillido ensordecedor. Que me hace soltar a Aiden del susto, retrocedo y giró para el lugar donde proviene el chillido que lentamente se vuelve un gruñido amenazante.
Cuando unos ojos dorados me matan con la mirada me pongo detrás de Aiden de forma incosiente, son la misma especie ¿No? Ellos sabrán que hacer, mis manos casi tiemblan y no estoy segura que sea miedo, busco con la mirada a Austin, Andrew, Adam y Axel.
― ¡¿Que haces cerca de mi mate?! ¡suéltalo! ― gruñe Dorina con la voz casi distorsionada.
Veo a Aiden aún con el ceño fruncido entre abrir la boca.
― No me jodas ― gruñe casi con enojo, me tenso cuando su cuerpo se siente caliente como el fue lo y estuviera por arder en las llamas del infierno ― Ella no puede ser mi mate ― niega para el mismo.
Su voz ha cambiado y trato de entender que sucede.
Mis ojos vuelven a encontrarse con esos ojos celestes, se encuentra neutral ante tal escena, como si sólo fuera un espectador.
Veo como los demás que también están sorprendidos Andrew es neutral igual que Austin pero el está incómodo igual que Adam y Axel.