13

673 Words
Estaba más cerca la graduación, y eso me ponía nerviosa, porque pronto recibiría respuestas de las universidades. Even iría a una universidad en Canadá. Sus padres se mudarían. —¿Y Ray? —hacía tiempo que llevaban juntos. —No se lo he dicho. —¿Crees que funcione a gran distancia? —Espero que lo acepte. Esa tarde ellos rompieron. Even estaba destrozada, y tuve que estar para ella. —¿Al menos dijo que lo intentaría? —sacudió su cabeza. —Él no cree en eso. Piensa que será una pérdida de tiempo. —¿Enserio dijo eso? Lloró. —Dice que me ama, pero me dejará ir porque encontraré a alguien mejor que él. —Estupideces. ¿por qué no piensa en ser mejor para ti? —Los chicos son idiotas. —Lo son, —concuerdo. —¿Lina? —Dime. —¿Crees que tu y Bastian, puedan intentarlo? Ósea, tal vez una relación, no una amistad. —Even, ya te lo dije. Él me mintió. Y además él se mudará a San Francisco. —había escuchado eso por su mejor amigo. Antes de que rompiera con Even. —Pero, si él te propone algo ¿aceptarías? Lo pensé. Realmente no lo sabía, había sido lastimada por años, por su culpa. Era la persona, que realmente en el fondo creí. Egoísta.   Fui a casa y me desplomé en mi sofá. Mamá había salido a hacer la despensa. Tuve hambre, así que me preparé un omelette. Mientras miraba el correo en el desayunador. Puros pagos, y hubo una que me interesaba. Universidad de Columbia. Mis manos comenzaron a temblarme. Mi corazón estaba latiendo más rápido de lo normal. Abrí el sobre. Y vi la primera palabra, con eso lo supe. Me desplomé en la silla del desayunador.   ***   Creo que los momentos perfectos, son aquellos que deben quedarse en nuestros recuerdos y no en una fotografía. Recordé la vez que Bastian me trajo un montón de mazapanes. Él sabía que los amaba. Me dijo que había ahorrado mucho dinero para comprarlos. En ese entonces, mi corazón martilló contra mi pecho, amenazando a salirse de su lugar, mis mejillas se calentaron, entonces lo supe. Le quería. Éramos unos pequeños, y fue cuando tuve ese primer sentimiento. El primer chico del que me enamoré. Y era mi mejor amigo. Recuerdo que éramos inseparables ese día, y que me besó. Teníamos siete años, y él me besó. Sonreí ante el recuerdo.   Esa noche soñé con Bastian. Nos besábamos. *** La graduación fue todo. Even se despidió por ultima vez de Ryan. Y yo solo miré de lejos a Bastian, recordé el sueño. Instintivamente toqué mis labios. Me despedí de Even y me fui con mamá a comer. —¿Qué piensas hacer ahora? No le había contado de la carta de la Universidad. —Madre. Tengo algo que decirte. —Dime, cariño. —Me llegó la respuesta de Columbia. Se puso alerta. —No me aceptaron. Sus manos me alcanzaron. —Cariño, puedes volver a postularte. Asentí. —Lo haré.   *** Me tomaría un año para trabajar y viajar un poco. Ahorraré y así podría visitar a Even en vacaciones a Canadá. Cuando le dije la idea, le gustó. Todos estaban yéndose para entrar a la Universidad. Fui a despedir a Even. —Te llamaré casi todos los días.  —me abrazó. —Estaremos en contacto. Su vuelo estaba próximo a despegar. —Ve. La vi irse, mi mejor amiga. Se que pronto la vería. Ryan la había buscado al día siguiente de su discusión. Y había aceptado una relación a distancia. Ellos iban a estar en contacto. Ryan estudiaría aquí, en Seattle. Y ella en Canadá.   ***   Bastian se iba hoy. Me sentía extraña, como si algo me faltara. No paraba de mover mis pies y mano. —¿Por qué no vas a hablar con él? —me había dicho mamá. —No puedo. No debo hacerlo. —Te pidió perdón. Te quiere, deberías hablar con él. Antes de que se vaya y no vuelvas a verlo. —Mamá. La miré. Y lo supe. Esperaba que no fuera una locura, corrí afuera y tome las llaves del auto. Esperaba llegar a tiempo. Aparqué en su casa. Él se había ido.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD