Llevaba una semana pensando si debía decirle a Bastian sobre lo que Caleb me había dicho de su novia. Le había comentado a Even, y ella me dijo que debía decírselo. Solo que no sabía cómo.
Bastian no quería ni verme, no hablarme.
Él está en la mesa con sus amigos, y Even me mira intrigada.
—¿Sigues pensando cómo decírselo?
Asiento. —He llegado a la conclusión de que tengo que hacerlo hoy. No puede seguir en la burbuja de mentiras que Violeta le hizo. Es mi amigo, y creo que es conveniente.
—Estas haciendo lo correcto.
Al final de las clases lo intercepté en el estacionamiento.
—Bastian, necesito hablar contigo.
Èl me miraba tan sorprendido por que estaba hablándole.
—Dime ¿necesitas algo?
No sé cómo rayos iba a comenzar esto.
Era algo incómodo.
—¿Lina?
—Creo que tu novia no es como piensas.
Alza una ceja interrogante.
—¿Violeta?
—Creo que ella ha estado mintiéndote.
—¿En qué?
Se cruza de brazos.
—Ella suele ser otra persona que no conoces. Es como la zorra de un grupo de universitarios, ella te engaña.
—¿Zorra? ¿es enserio?
—Mira. Caleb, me dijo que ella suele ir muy seguido. Y hacen ese tipo de cosas que le llaman orgía.
—¿Estás diciéndome que todo esto te lo dijo Caleb?
—Es verdad
—¿Cómo sabes que él no te mintió?
Lo pensé. Es cierto, apenas y conozco a Caleb. Pero no creo que mintiera en algo así ¿para qué?
—No sé. Pero debería averiguarlo.
—Sabia que ibas a venir a decirme un montón de patrañas.
—¿Cómo?
—Violeta me lo dijo. Ella me contó todo. Sobre Caleb, y los universitarios. Pero no son, así las cosas, él te mintió. Eso fue hace mucho tiempo. —hace una pausa —no sé que ganas con decirme cosas de mi novia que son mentiras.
—Pero.
Me detuvo.
—Lina, por favor deja de estar llamando la atención con mentiras, deberías dedicarte a hacer tu vida y dejar la vida de los demás.
—Tengo una vida.
—Lo dudo.
Sonrió sarcásticamente
—Te odio.
Estaba enfurecida.
—Lo sé. Pero no puedo hacer nada al respecto.
—No sé por que me moleste en venir a decirte esto. Creí que estaba ayudándote, lo hacía por ser tu amiga. Y mira como resulta todo, siempre soy yo la que quedo mal.
—Entonces, deberías dejar de estar haciéndolo. Ya vez que no ganas nada con esto.
—Ahora lo entiendo.
—¿Enserio?
—Si. Sobre todo. No te volveré a molestar. Al fin y al cabo, es tu vida y tu sabes lo que haces, espero no haberme equivocado en juzgar mal a tu novia. —sonreí. —y creo que no me equivoque en juzgarte a ti, tampoco. Sigues siendo el mismo idiota que conocí desde un principio.
—¿Ahora me atacas? Guau, has avanzado, Han.
—Bastian, espero que tengas una buena vida.
Me di la vuelta y lo dejé allí. Había sido un error venir aquí a contarle sobre Violeta.
Era un idiota.
Bastian no había cambiado en nada.
No lo iba a molestar más. En fin, era su vida y que se hiciera una mierda sobre él mismo.
***
Seguí saliendo con Caleb, comenzamos a tener citas y decidimos avanzar a tener una relación.
—¿Cómo se ve este? Parece que está rico. —estábamos en un restaurante italiano, y decidíamos sobre qué platillo pedir.
—¿Sopa Minestrone?
—Parece que tiene algo de carne. Debe ser rico.
—Pídela. Yo pediré un Risotto.
A Caleb no le gustó la Sopa porque traía aceitunas. Pidió una ensalada.
—Entonces ¿Qué haremos en navidad? ¿en tu casa o en la mía?
—Creo que mamá tiene planeado ir con los abuelos. Así que no sé si podremos vernos.
—¿Entonces para fin de año? Quiero que vengas a mi casa y presentarte a mis padres.
Me comencé a ahogar, tomé agua.
No habíamos hablado nada de eso, se supone que apenas nos seguíamos conociendo. Pero conocer a sus padres, era estar formalizando una relación.
—¿Quieres que conozca a tus padres?
Sonrió.
—Creo que es hora. Me gustaría que fueras ¿te gusta la idea? —obvio que no. Pero asentí en acuerdo.
Mamá tampoco lo conocía, pero le había dicho que apenas estaba conociéndolo.
El siguió hablando de los planes que haríamos el próximo año.
Yo solo escuchaba. No me gustaba planear cosas, porque nunca se sabía lo que la vida te preparaba.
***
No le dirigía miradas a Bastian, lo ignoré el resto de las semanas que nos quedaban en la preparatoria.
Él ya había escogido.
Y era Violeta, no yo.