Mi chelista Favorito

15 años atrás... Está lloviendo a cántaros, hace tiempo que no llovía de esa manera, pero en realidad no importa, nada importa cuando tienes 12 años, si llueve o no, si el año pasado fueron las mejores lluvias o si el siguiente será mejor. No importa, nada importa, me lo sigo repitiendo una y otra vez, y cada vez que viene a visitar mi cuarto; ya no siento dolor, ya ni siquiera siento asco, sentimientos no sé qué es eso, no tengo nada, ni odio, ni miedo, mucho menos felicidad, ¿qué es eso?, esa palabra no está en mi vocabulario, no desde que estoy en ésta maldita casa. Aprendí a desconectar mi mente de mi cuerpo, lo aprendí a golpes fuertes, a desgarres internos y a la necesidad de curarme yo misma. Todo ésto lo voy pensando mientras un cuerpo se encuentra encima mío, penetrando mi vagina, moviendo todo mi cuerpo bruscamente, mis manos se aprietan a la cama para no caer y no pegar mi cabeza con la pared, con gruñidos en mi oído, soy un objeto en la habitación, soy parte de la decoración. No me doy cuenta cuándo acaba hasta que escucho el ruido de la puerta. Mi acción automática es ir al baño, lavarme y volver a mi cama para dormir, ya no sé si duermo o sí lo hago durante el día, normalmente con los ojos abiertos. Eso es todas las noches, excepto cuando hay visitas en casa, que es 2 veces al mes, vienen sus hijos biológicos, ya son mayores y tienen sus propios hijos y esposas y casas, tienen una vida, me pregunto ¿qué será tener la capacidad de tomar tus propias decisiones? ¿casarte, enamorarte, trabajar? Eso estaba fuera de mi alcance. Soy Daphne, mi apellido por el momento no importa, en realidad creo que no tengo, nací en un lugar en Europa pero ya no estoy ahí,no sé cómo llegué a América, específicamente Louisiana, y de mis padres sólo sé que fallecieron y fuí llevada de orfanato en orfanato, hasta que comencé a tener hogares de acogida, pero nadie me preparó para el infierno en la tierra. Llevo 2 años aquí, supuestamente era temporal, pero no sé que conexiones tienen que me he quedado más de lo debido. La primera vez, fue muy tierno, pidió irme a contar un cuento para dormir, así lo hizo hasta que el cuento pasó ha ser representado por mí, y luego por él, con amenazas, con golpes. Pero que puede hacer una niña cuando su esperanza representa su mayor tortura. De día ayudaba en la casa, no era la única huérfana, pero sí la única con cuarto propio "gran privilegio", las otras niñas se peleaban por eso, y yo rogaba a Dios que nunca pasara, no sabía si ellas podrían soportar. La señora de la casa ¿lo sabía?, claro que lo sabía, estaba más que dispuesta a cumplir los caprichos de su marido. Aprendí a leer, con la vecina, una maestra jubilada, se veía joven, pero nunca se casó, me imagino un mal de amor, que la llevó a vivir una vida de soledad, siempre buscando recordar el pasado. Ella sospechaba algo, pero nunca hablé, tenía miedo y no nos dejaban solos con ella mucho tiempo, sólo en caso necesario o nos visitaba y ayudaba a nuestra educación en casa y a jugar un rato, podría decir que aparentaba ser una niña normal a su lado. Así fueron pasando los años, hasta que casi al cumplir los 15 años, mi período no llegó, ella siempre estaba al pendiente de eso, no sabía porqué, me preguntó, le dije que no y no se mencionó el asunto en unas semanas. Era mi cumpleaños y mi regalo era elegir a una de mis hermanas de acogida para dormir en mi cuarto, junto conmigo, o lo hacía o me esperaba una paliza. Me negué rotundamente, sabía lo que le esperaba. Mi recompensa, una gran paliza, se ensañó en mi abdomen, con gran fuerza, alguna vez ví en la tele de mi vecina que festejaban un cumpleaños con algo llamado "piñata" y todos estaban felices por propinar golpes, ¿será que eso estaba pasando? ¿era una forma de festejar?. - Ya no sirves para nada- me dice y vuelve a soltar otra patada- ya no eres mi Ángel, ya no me das placer- otra patada más con la punta de su zapato, rompiendo mi boca- ¿porqué tenías que fallarme? eres la culpable de ese engendro- una parada con furia en el vientre bajo hizo que casi diera un grito, no sabía lo que estaba diciendo, no comprendía sus palabras, ya estaba acostumbrada a no gritar, sólo lágrimas corrían por mis mejillas mientras estaba tirada en el suelo. Una patada en mi cara me hizo perder el conocimiento, no sé cuánto tiempo estuve en el suelo del patio, sentía sabor a césped y mis ojos arder, adormecido mi abdomen y un dolor agudo en mi vientre bajo. Casi arrastrándome llegué a los escalones de la puerta trasera de la casa, me ayudé del soporte para ponerme de pié, sentí un líquido espeso y tibio correr entre mis piernas, no le puse atención, la verdad pensé que me había hecho encima, pues no sentía nada de la cintura a mis muslos. Con dolor caminé y entré a la casa, estaba oscuro, caminé a mi cuarto, estaba en la planta baja, a un lado de la escalera, en realidad parecía más un cobertizo para almacenar que un cuarto. Antes de ir a mi cuarto en esa dirección estaba la cocina y tomé un cuchillo, no sé porque el afán de tener cuchillo de carnicería, eso lo supe el día que la acompañé a comprar, sólo unas cuantas veces, esas salidas era la forma de ver el mundo, ver lo que sucedía fuera de mi infierno. Tomé el picaporte con el cuchillo en mi otra mano, y abrí lentamente la puerta, ahí estaba él, con Anny, la pequeña niña de rulos rubios, chapetes rosados y ojos azules, la muñeca de papá, así le decía; cuando llegó a casa casi siendo una bebé, se me retorcían las tripas cuando la cargaba y pasaba sus manos por su cuerpecito, mirándome fijamente, cómo anticipando lo que vendría años después. Ahora la tenía recostada en la cama, contándole un cuento y él hincado en el piso con sus manos sobre ella, sólo la oía sollozar, me estaba dando la espalda y sin pensarlo, me acordé como mataban a un cerdo en la carnicería, creo que no fué casualidad cuando presencié dicho acto, no me había parecido grotesco, era un acto artístico, ¿quién puede decir lo contrario, acaso el arte no es la percepción individual de algo sublime?, porque es exactamente lo que estaba a punto de hacer, sin pensarlo hundí el cuchillo en su cuello y lo arrastré de un lado a otro, salpicando sangre por toda la cama haciendo caer su cuerpo de lado a un costado de las patas de la cama. No alcanzó a hacer ningún ruido, sólo su cuerpo al azotar en el suelo. -Anny, sal, corre, vé con Doña Marie- estaba paralizada, sin expresión alguna y con el cuchillo en la mano- dile que venga y llame a la policía- todo fué en un susurro. Cuando Doña Marie entró, sus manos fueron a su boca tapando un grito, me vió, me escaneó el cuerpo, hasta que levanté el cuchillo en mi mano, el cuál yo también veía. Mi cuerpo comenzó a temblar. Fué cuando me percaté de lo que hice. - No... no... podía p-permitir q-que lo v-volviera ha...ha...hacer- mi voz temblaba- n-no ha e-lla, a e-lla, n-ni a n-nadie m-más- lágrimas salían de mis ojos, las sentía caer, pero desconocía el porque. - Mi niña hermosa- toma el cuchillo con una toalla que encontró y me comienza a sacar de la casa, y Anny está con nosotros, es cuando me caigo al piso al llegar al patio de enfrente y comienzo a oír sirenas, un grito desgarrador se oye en el interior de la casa, supongo que ella ya encontró a su marido a su caprichoso marido. Vecinos se van acercando, cuando llega la policía y la ambulancia, yo estoy a punto de cerrar los ojos,al parecer sigue saliendo líquido tibio de mi entrepierna. No supe de mí sólo que alguien comenzó a revisarme y a gritar. Doña Marie POV Rápidamente llegan paramédicos y me separan de Daphne, tomo a Anny en mis brazos, veo como entran en la casa, se oyen gritos y golpes. - Señora, puede decir lo que sucedió- me pregunta un policía que se acerca a mí, no me percato de su pregunta- Señora!- vuelve a insistir. En eso sale mi vecina de la casa, con los ojos desorbitados, rojos y con lágrimas. - Ella lo mató, ella lo mató!!- casi se avalanza contra Daphne que ya estaba en la camilla atendida por los paramédicos, pero la detienen- es una maldita zorra, se le metía a mi marido hasta por los ojos, su lujuria se le veía en los ojos, me lo robaba en las noches!!- decía maldiciendo y escupiendo- !es una puta zorra¡- escupía saliva al hablar y sus ojos casi se salían del coraje y haciendo demasiado esfuerzo para intentar zafarse de la policía. - ¿Señora, se da cuenta que es una menor? ¿una menor a su cargo?- al escuchar al policía cambia su cara- y quién dice que el demonio no puede esconderse en una dulce niña- el policía hace una seña para que la lleven a la patrulla, y ella comienza a gritar y tratar de zafarse. -Solicito apoyo de asistencia social, posible maltrato infantil , se requiere reubicación de niños y es posible sea un asesinato en defensa propia, cambio- se oye ruido de radio - enterada, va apoyo en seguida- suelta su radio y se acerca a mí, junto al oficial que está a un lado mío. - Señora ¿puede decirnos qué pasó? - regreso de mi estado de shock, suelto a Anny ya que una paramédico se la lleva a revisión, así como van sacando a los otros niños y están subiendo a Daphne a la ambulancia. Me percato de la toalla que estoy sosteniendo con el cuchillo y lo entrego al policía. - La pequeña fué por mí a la casa, me dijo que necesitaban ayuda, cuando llegué, ella- señalando a Daphne- traía el cuchillo en la mano lleno de sangre- hice una pausa- fué hasta que salimos a la luz de la calle y que se desplomó de mis manos, que la ví golpeada y sus piernas sangrando- cierro los ojos y puños- hace años que sospecho del maltrato, pero no tenía pruebas, nunca pensé que la violaba, hasta que hoy lo ví adentro de su cuarto tirado en el piso, y menos pensé que la estúpida de la esposa lo sabía y permitía- suelto un sollozo y aprieto mi boca con mis manos para controlarme- son unos angelitos a su cargo no es justo, no sé lo merecen- y suelto mi llanto.