Raven. Hoy mis bebés estarían cumpliendo siete meses, los mismos meses que estuvieron en mi vientre. Miro su fotografía, eran tan pequeños y hermosos, ojalá pudiera tenerlos conmigo, mis niños. —¡Raven! Limpio mis lágrimas y escondo la fotografía debajo de la almohada. —¡Pasa, Cassie! —¡Mira, amiga! Ella tiene una bebé en sus brazos, es preciosa. —Amiga, tiene siete meses, tu padre me pidió que te la enseñe, es mi primita. Hija de la hermana de mi madre. —¿Siete meses? —Sí, siete. —¿Puedo cargarla? —Por supuesto, toma. La bebé me sonríe, es preciosa. —Amiga, estás llorando, lo siento, no fue mi intención, le dije a tu padre que no era buena idea, pero él insistió. Le doy la bebé a Cassie y ella sale de mi habitación, mi padre entra y me abraza. —Mi vampira, no llores, t