Alessandro.
Miro a Raven caminar a mi lado, ella me toma de la mano mientras con la otra sostiene su helado. Caminamos por el parque de la ciudad, al pasar por un pequeño sendero de flores, encontramos asientos.
Frente a nosotros se encuentran otras parejas, no me gustan este tipo de lugares.
—Mi amor, ¿quieres probar? Está delicioso.
—No, no quiero, termina y vamos a casa.
Un muchacho se acerca a nosotros.
—Disculpa, eres la chica más hermosa que he visto en mi vida. Tú debes ser su hermano mayor, ¿podría sentarme a tu lado, linda?
—Él es mi novio, quiero que te alejes o te romperé la cabeza.
—Vaya, parecías una niña tierna, que lastima.
El tipo se va.
Otro tipo se nos acerca, pero antes de que hable ella lo hace primero.
—Él es mi novio y lo amo, lo siento.
Intento no sonreír, me siento ten extraño. No quiero sonar cursi, pero ella es diferente, defiende como una leona lo que le pertenece, sin embargo, cuando está conmigo es un lindo gatito.
—Mi amor, la noche es hermosa.
—Es agradable, Raven.
Un pequeño niño se acerca.
—Esto es para ti, hermosa señorita.
Le regala una rosa.
—Gracias, gentil caballero.
El niño se va corriendo muy apenado, me siento tan molesto, no quiero que nadie más la mire. Me hierve la sangre pensar en cómo la miran los bastardos del lugar.
—Raven, vamos a casa.
—Está bien, mi amor.
Me quito la chaqueta y se la pongo en los hombros, su vestido es corto y pegado. No quiero que los de atrás la miren mientras nos vamos.
Estamos a punto de salir del sendero, casi a la salida se encuentra un hombre arrodillado, pidiendo matrimonio a una mujer.
—¡Mira, Alessandro, es tan hermoso! Solo déjame ver algunos minutos.
Asiento y ella mira a la pareja con mucha ilusión.
—¿Puedo acercarme a felicitarlos?
—Está bien, pero date prisa y no te quites la chaqueta.
Ella se acerca a ellos. Raven le habla al tipo, pero este le hace mala cara y la empujó, gritándole que no sea entrometida. Siento lo mismo que sentí cuando Calum la golpeó.
Raven viene hacia mí llorando y me abraza.
—Tranquila, haré que te pida disculpas.
Camino hacia el hombre y me mira molesta.
—¿Qué quieres, amigo? No estorbes.
Lo tomo del cuello con fuerza.
—Esa que está allá y vino amablemente a felicitarlos es mi novia, tiene un muy lindo corazón y tú la hiciste llorar.
—¡Suéltalo! ¡Alguien que nos ayude! Llamaré a al policía —Grita la mujer.
Con mi rodilla golpeó su estómago y después le doy un puñetazo en la clavícula que lo lleva al suelo.
La mujer se acerca y me da una bofetada.
Sin darme cuenta Raven arroja la chaqueta y toma del cabello a la mujer, ambas caen la piso, Raven está sobre ella.
—¡Tocaste lo que es mío, te vas a arrepentir!
Raven le da tres bofetadas, la tomo de la cintura, pero ella no la suelta.
—¡Raven, ya es suficiente! ¡Déjala!
—¡Ella te toco, le arrancaré el cabello!
—¡Raven!
Logro separarla y la llevo al auto, sus ojos verdes están encendidos en ira. Intenta bajar del auto, pero antes de que lo haga le pongo seguro a la puerta.
Tomo su rostro entre mis manos.
—¡Raven, mírame! Ya paso, estoy bien.
—¡Tu mejilla está roja, déjame salir y acabaré con esa maldita!
Beso sus labios para calmarla, eso funciona.
—¿Te duele? Lo siento, mi amor, todo fue mi culpa.
—No, no lo fue, esas escorias provocaron esto.
Escucho las sirenas de la policía, enciendo el auto y conduzco rápidamente hasta estar en un lugar seguro. Me detengo cerca del bosque a la orilla de la carretera.
Le quito el cinturón de seguridad y la tomo de la cintura, la siento sobre mí con sus piernas a cada lado para vernos de frente, su rostro se encuentra rojo.
Ella acaricia mi mejilla y después deposita un beso tierno y suave.
—Raven, estoy acostumbrado a esto, no me duele lo juro.
—Está bien, pero prometo que no habrá otra vez, juro que estaré justo a tiempo para defenderte de quien quiera tocarte.
—Gracias.
—De nada, mi amor.
Acaricio su cabello mientras la miró a los ojos.
—Por favor, no tires de mi cabello, esa mujer también me jaló el pelo.
—Esto no es nada, su rostro tardará en recuperarse por todos los golpes que le diste.
Ella ríe.
—Es verdad, pero en mi defensa, yo solo quería felicitarlos por su compromiso, ¿sabes una cosa?
—¿Qué cosa?
Acaricio su culo mientras ella habla, mis manos viajan por todo su cuerpo.
—Mi madre me dijo que las propuestas de matrimonio nunca se olvidan, pero esto para ellos será un recuerdo eterno. Imagina cuando sus hijos le pregunten como fue la propuesta de matrimonio, ¿qué dirán? Nos golpearon ese día dos personas en el parque.
No puedo evitarlo y sonrió.
—Oh, tu sonrisa es tan hermosa y perfecta, mi amor. Soy tan afortunada al poder verla.
La beso como si no hubiera un mañana, así estamos un rato hasta que ella desabrochó mi pantalón, saco mi polla dura, hizo su tanga a un lado y se sentó en mí. Me mira a los ojos, mientras cada centímetro de mi m*****o entra en ella.
Se mueve de arriba hacia abajo, beso su cuello y ella gime con locura. Aprende rápido, solo le enseñé una vez y parece una experta cabalgando mi polla.
Estoy tan excitado como nunca lo había estado, suelo durar en el sexo, pero después de quince minutos no puedo aguantar más. Su v****a se contrae y aprieta mi m*****o mientras ella se corre y dice mi nombre. La sostengo para que no se caiga, ya que su cuerpo se flojea un poco. Yo acabo dentro de ella segundos después, ella se deja caer sobre mi pecho mientras el aire vuelve a nosotros.
Ella se mueve, pero aún tiembla. Enciendo el auto y conduzco con ella sobre mí, estamos cerca de casa.
Al llegar me doy cuenta de que ella está dormida, la cargo hasta llegar a casa y la llevo a su habitación. Intento dejarla sobre su cama, pero se abraza a mí como un koala.
—Quédate conmigo, mi amor.
Me acuesto junto con ella y espero a que se duerma, cierro los ojos al sentir el olor de su cabello, mis párpados pesan y me siento como nunca antes, paz, tranquilidad y lleno emocionalmente, incluso podría decir que feliz.