ADAM Mientras vuelo por lo alto de la gran ciudad de parís, miro el cielo estrellado, desde acá arriba se ve mucho más hermosa la vista, por eso amo volar, me gusta sentir la adrenalina de dejar el suelo y llegar al cielo. Sonrío al recordar la mirada azul de mi hermosa Anna, este bello cielo me recuerda el color de sus lindos ojos, esos ojos de los que nunca me pude resistir, esos ojos que amo con locura, esos ojos que me regalan su brillante resplandor cada que me pierdo en ellos. – Es una vista espectacular – dice Deborah a mi lado sacándome de mis pensamientos, vamos volando hacia Praga, no me quedó de otra más que aceptar ser el capitán de vuelos de Deborah, Jerónimo estuvo muy insistente en que aceptara, la paga es muy buena y Deborah me prometió que no me alejare mucho tiempo de