Hannah tenía el ceño fruncido ante aquella declaración, se quedó pensando y luego hizo una mueca. —Aunque eso fuera cierto… no creo ser la indicada para ti. —No es algo que decidamos nosotros. —De echo si —Aclaró Hannah. —Yo puedo decidir no unirme a ti. —Si bueno, rehúsate no formarás otro vínculo hasta que yo muera, y yo tampoco formaré otro a menos de que tu mueras. —Pues entonces… nos espera una vida muy solos. Gabriel se negaba a eso, se acercó a ella con rapidez y la sujetó de la cintura, presionándola contra él, por un momento a Hannah se le fue la respiración, no sabía cómo reaccionar, lo tenía tan cerca que un movimiento en falso y sus labios iban a tocarse, podía sentir su respiración golpear su rostro con gentileza y eso le gustaba. —Soy el hijo del rey, y el hijo