—Te extrañaré tanto, maldita sea. —Yo también extrañaré a Elsa, como una loca. Extrañaré sus llamadas repentinas con algún plan extraprogramático, sus abrazos de oso cuando algo anda muy bien o muy mal, sus pláticas sobre diseños, su manera tan amorosa de molestarme porque no puedo pronunciar “esternocleidomastoideo” sin que se me trabe la lengua, su manera casual de recordarme que vi desnudo a Connor, que irrumpa en mi cuarto como si de su casa se tratase, que esté siempre para interceder entre mis padres y yo… su amistad, su cariño, su presencia diaria en mi vida. Todo. Al igual que extrañaré a Victor y a Ana. —Recuerde comerse todas sus verduras, ¡y por Dios! ¡Deje de salir de casa sin abrigo por la noche! Recuerde todas las cosas de las que hemos hablado, y por favor, llame cada

