Ha pasado más de un año desde que nació mi hijo, renuncie a la herencia de mi abuelo, no iba a permitir que por el imbécil de Daniel humillaran a mi hijo, de todas maneras, ese dinero nunca me importo. Roberto ya es papá de un niño, está feliz, sabía que cuando lo tuviera entre sus brazos todo iba a cambiar. — Hola mí amor – dice Angeles mirándome con cariño, sonrío y ella también lo hace — Hola – digo y la beso, me quito el saco y la camisa, ella me mira fijamente — ¿En qué piensas? – pregunto y ella sonríe con alegría — Nada, solo pensaba en que tengo el esposo más sexy del mundo – dice traviesamente, sonrío y me acerco a ella, me toma del cuello y me besa con pasión, acarició sus piernas y después la beso por el cuello. — Alex te amo – digo cerca de mis labios, la miro y la acaric