[SANTIAGO] La observo dormir abrazada a mí con su cabeza apoyada sobre mi pecho y los recuerdos no se detienen. Pareciera ayer que a escondidas entraba a mi cuarto para que durmiéramos juntos cada vez que se quedaba a dormir en casa. Me ponía nervioso al igual que lo estoy ahora cada vez que su cuerpo se pegaba al mío, pero ella no estaba lista para que estuviéramos juntos, y yo le había prometido esperarla, y lo hice. Noto como sus ojos se han hinchado de tanto llorar, sus labios están más rojos que lo habitual y yo siento un deseo inmenso por besarlos, pero no lo hare, le prometí respetarla. Son tantas las memorias junto a ella que me cuesta mucho separar el pasado del presente. Las horas pasan y yo no puedo dejar de mirarla, esta más hermosa que nunca. [...] Un movimiento hace que a