[SANTIAGO] Parezco su guardaespaldas al ir caminando detrás de ella por cada local de ropa que va entrando, pero la verdad es que no lo soy. En realidad, soy su exnovio, actual amigo y eterno enamorado acompañándola de compras, supongo que esa descripción es perfecta. Finalmente ella decide probarse algunas prendas en uno de los tantos locales que hemos entrados, y como la mayoría de los hombres, tomo asiento en uno de los cómodos asientos que hay fuera de los probadores —¿Me muestras como te quedan?— Le pregunto antes que cierre la puerta. Ella se me queda mirando de una forma bastante graciosa y trato de no reírme —¿Qué?— Inquiere un tanto confundida. —¿Qué si me enseñas como te queda la ropa? Prometo que te daré mi más sincera opinión.— Le digo con una amplia sonrisa en mi rostro.