—¿Ya estamos cerca? —preguntó una impaciente Ariana. La miré y vi la frustración en sus ojos, después de estar horas en la camioneta, ya estaba cansada. Mierda, hasta yo estaba cansado. —Para nuestra suerte, estamos a una cuadra —le informé y la vi suspirar de alivio. —Necesito Gatorade y una ducha, espero que tus palabras sean ciertas —me informó. Aunque sonreí un poco, no pude evitar preocuparme, lo único que Ariana toma últimamente era Gatorade y aunque lo quiera ocultar, su espalda la está matando. Aunque aún no le había dicho que la muerte de Brandon ya tenía lugar, fecha y hora, estaba seguro de que ella no estaba preparada para eso. Necesitaba decírselo, pero no sabía cómo. También estaba en conflicto sobre si decirle o no que la basura de Fernando ya no estaba vivo, los pec

