Había pasado dos semanas desde que volvimos de casa de mi familia y desde entonces Lucas se ha comportado de una manera muy extraña, no ha venido a trabajar, tampoco ha ido a dormir a casa de su hermano, y ya ni siquiera se ha de acordar de la cena que me pidió. Estaba preparando la cena mientras preparaba algo rápido mire a mis hijos y ellos no dejaban de suspirar aburridos. —¿¡porque esas caras!?. —pregunté desde la cocina mientras probaba la ensalada. —¿mamá, y Lucas? —si, hace días que no lo vemos. —no todo el tiempo podrán verlo, recuerden que es un hombre muy importante y pasa ocupado. Mis hijos se veían algo tristes porque había pasado durante las dos semanas que no lo han visto ya lo extrañan; cuando se estacionó frente a mi casa el nos ayudó con las maletas y se fue así nada

