Bella Cadena de Amor

SafeCreative Esta obra tiene todos los Derechos reservados por leyes de Copyright Registro - 2104227588070 Cuando Alessandro Santoro, me ofreció el trabajo que días atrás  había sido de su esposa y mi mejor amiga, no podía creerlo aunque podía imaginarme, que Verónica, había tenido mucho que ver, cuando sin poder evitarlo le conté lo ocurrido en la anterior firma, mi trabajo de semanas había sido destruido por una taza de café, derramada intencionalmente para dejarme en mal. El plan tuvo éxito, terminé siendo despedida de manera inmediata, estaba enojada, sobre todo porque era mi primer proyecto como Arquitecto Titular en la firma. Así es como inicié de manera inmediata a trabajar para Santoro S.A. así fue como conocí a Matteo de Rossi, sus hermosos ojos verdes, llamaron mi atención, la sonrisa perfecta, su barba finamente recortada, su cabello ondulado color miel, podría decir que era el hombre perfecto. -          Isabella, te presento a Matteo de Rossi, tu jefe inmediato a partir de hoy - él extendió su mano para saludar y mi cuerpo literalmente sufrió un escalofrió de anticipación -          Matteo, Isabella Estrada - escuche a Sandro decir, mis sentidos estaban embotados por el hombre frente a mí, extendí mi mano para corresponder el saludo y una corriente eléctrica se apodero de mí, no sé lo que me ocurría con este hombre, nunca antes me había sentido de esta manera, ni quiera con David, quien siempre imagine era el amor de mi vida. -          Encantado - su voz fue la mejor melodía que mis oídos pudieron escuchar, estaba segura que estaba comportándome como una tonta totalmente -          El placer es mío - dije tratando de no parecer nerviosa, aunque temo que falle, pude notar el rostro de Verónica divertido y la sonrisa en Matteo me dijo que exactamente no había logrado disimular mi nerviosismo -          Tengo que irme - musité, me despedí y salí casi huyendo, mi corazón palpitaba fuerte, no me había interesado nadie después de romper mi compromiso con David, hace algunos años atrás y eso me asustó, David había sido la peor decisión de mi vida, no quería volver a repetir la historia dos veces. Conduje el auto hasta mi casa, apenas estacione, pude ver a mi madre esperando por mí en la entrada. Mi casa era normal, no había lujos pero sí mucho amor, saludé a mi madre para luego entrar. -          ¿Sucede algo? - pregunte al notarla nerviosa, normalmente ella me recibe con un abrazo y un beso -          Tú padre fue despedido - la noticia me sorprendió él trabajaba para el Restaurante desde que podía recordar, era Auditor de profesión y estuvo a cargo de la Contabilidad por muchos años, no entendía el motivo de su despido, cuando estaba a días de obtener su jubilación -          ¿Por qué? -          El nuevo dueño, justificó el despido por mal manejo ¿puedes creerlo?, tu padre es el hombre más recto que conozco, jamás podría tomarse algo que no le pertenece - por supuesto que ella lo sabía, tenía la sospecha de que el dueño no tenía intención de hacer efectiva la jubilación de su padre, ya que tendría que pagarle los años laborados para el negocio, siempre sucedía estos casos con empresas poco dispuestas a reconocer la labor de sus empleados. Afortunadamente ya tenía un trabajo y  no dejaría solos a mis padres, jamás, ellos y Verónica eran lo más preciado en el mundo para mí. -          No te preocupes mamá, me haré cargo de lo que se necesita en casa, es tiempo que mi padre se tome un respiro - sonreí aunque la injusticia cometida contra mi padre me hacía enojar. Pero era solo la muestra de lo que muchos trabajadores asalariado sufríamos a diario. -          Lo se cariño, pero no quiero que el nombre de tu padre quede manchado - ella tampoco iba a permitirlo -          Eso no pasará - mencione con confianza -          ¿Cómo está Verónica? - preguntó luego de un largo silencio, para cambiar la conversación, ella sabía que no llegaríamos a nada, porque no dependía de nosotras la situación de mi padre -          Bien, esperando a su hijo con ansias, tanto que Sandro me ha ofrecido tomar el puesto de asistente que era de Verónica hace apenas unos días – su madre sonrió y así entendí que ella estaba preocupada. -          Me alegró mucho, hace tiempo que no he podido verla – mi madre quería a mi mejor amiga como si fuera su  hija y Verónica se sentía bien con eso, sobre todo por la situación en su familia, algo que definitivamente me enojaba, pero ella aun así los quería. Entramos a la casa a esperar a mi padre, mientras me preparaba para presentarme al trabajo al día siguiente. ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ -          Bienvenida a nuestro Equipo Isabella – Matteo me presento a los miembros de equipo después de firmar correctamente el contrato que me vinculaba laboralmente con Santoro S.A. la frustración que tenía por haber perdido el trabajo anterior, no había desaparecido nadie puede olvidar fácilmente una situación como esa, la manera que personas hacen hasta lo imposible por arruinar a otras, ahora mismo sólo me quedaba contactar un buen abogado para ayudar a  mi padre a que su nombre no quedará en entredicho. Debía también agradecerle a Verónica, por haberme cedido su puesto como asistente, era la mejor amiga que podía tener. -          Gracias, Arquitecto de Rossi, es un gusto estar aquí, haré mi mejor esfuerzo para que podamos entendernos y llevar el trabajo de la  mejor manera posible – dije, interiormente estaba temblando totalmente nerviosa, como si este fuera mi primer trabajo, realmente me sentía como una colegiala frente al profesor que le gusta. -          Por favor – Matteo me enseño el camino para conocer la oficina donde trabajaría a partir de hoy -          De momento compartiremos este espacio, el lunes a primera hora tendremos que viajar a Monterrico, así que por favor se puntal – asentí, mientras observe a mi nuevo jefe salir de la oficina, ¿Monterrico?, mi corazón latió descontroladamente ¿estaba loca?, seguramente Matteo de Rossi, no era un hombre libre, si no estaba casado, al menos novia debía tener, mi rostro se calentó ante mis pensamientos, ¿Por qué tendría que importarme si tenía o no a alguien en su vida?, tenía que ser muy profesional y apartar esos pensamientos de mi cabeza, controlar los latidos de mi corazón, Matteo era mi jefe nada más. No supe más de él, en el transcurso del día, me limite a estudiar el plano que ya estaba diseñado y que mi labor consistiría únicamente en revisar que se llevará a cabo de acuerdo a lo diseñado, Verónica había hecho un maravilloso trabajo con las pequeñas remodelaciones que le había agregado, cabe decir que el trabajo de Matteo era exquisito. Me asegure de que los planos estuvieran muy bien guardados y salí, debía hablar con mis padres sobre el viaje a Monterrico. ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ -          Hija, esto no se trata de nosotros sino de ti, es parte de tu trabajo, por supuesto tendrías que venir, nunca nos hemos separado  por mucho tiempo – Mis padres eran los mejores del mundo, sin duda -          Por supuesto que vendré, tratare de hacerlo los fines de semana, todo depende del trabajo – les di un abrazo y  un beso, tenía que preparar  mi equipaje, el fin de semana tenía programado pasar con verónica la mayor parte de mi día, había decidido que tenía que protegerla, con su madre y su hermana al asecho no podía confiarme y dejarla mucho tiempo sola. ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ El viaje fue largo, para mi gusto larguísimo, volamos de Quetzaltenango hacía la ciudad Capital en la avioneta de Sandro, o de lo contrario llegaríamos mucho más tarde, viajamos en auto hacía Monterrico, el calor abrazaba mi cuerpo, no estoy acostumbrada al clima de caliente de las costas de mi país, aun así trate de no quejarme, Matteo era mi compañero en la parte trasera, parecía inalterable con el clima, aunque de su frente pequeñas gotas de sudor empezaban resbalar por su cuello, saqué un pañuelo desechable y se lo ofrecí, me di cuenta de lo que hacía pero ya era muy tarde para retirar mi gesto. -          Gracias Isabella – dijo bajito, mientras sonrió, estaba siendo tonta sin remedió, mi corazón salto ante el gesto -          De nada – sonreí,  mientras él se limpiaba las gotas de sudor, giré mi rostro para ver el paisaje y no hacer tan evidente mi interés, hasta donde había logrado averiguar estaba soltero  y eso de alguna  manera me permitió soñar.