… - si lo hago ya no podrás divorciarte de mi – digo y veo que sus ojos se llenan de fuego al tiempo que de un certero movimiento se empalma sobre mi m*****o abriendo los ojos como platos al tiempo que jadeamos de placer. - Por dios – dice rodeándome el cuello con los brazos – eres enorme – susurra en mi oído para después morder mi lóbulo haciéndome estremecer y yo la sujeto fuerte de la cintura penetrándola fuertemente. - Estas hecha a mi medida – susurró viéndola a los ojos – por lo que encajamos a la perfección- la veo morder su labio inferior arqueando su espalda. Lo que me da acceso a sus pechos los cuales devoró con autentica hambre. - Alessandro – jadea cerrando los ojos mientras aumento las embestidas hasta que su interior comienza a tensarse. - Me encantas – muerdo su cuello s