Zafiro… Abro los ojos lentamente observando a mi alrededor y recordando dónde me encuentro. Me siento observando la hermosa vista de la ciudad que tengo desde donde estoy. - Gracias – digo consiente de que Bastián se encuentra junto. - Espero haberte ayudado – dice sentándose a mi lado enfundado en un traje. - No sabes cuanto – digo mientras él besa mi frente. - ¿Lista para lo que viene? – pregunta mirándome a los ojos sonriente, pero sus palabras me duelen ya que a esta hora Alessandro ya debe haber puesto un océano entre los dos. - Eso creo – respondo y él sonríe poniéndose de pie para ir a los pies de la cama tomando cuatro bolsas, tres de Chanel y una de la Perla. - Creo recordar tu talla – dice poniéndolas frente a mi. -