Bárbara —Señora, venga conmigo —solicitó mi asistente al ingresar. —¿Encontraron a Becca? ¿Está bien? —Tranquila, solo venga conmigo. La angustia y la culpa me carcomían cada vez más y su misterio me ponía peor, ni siquiera tuve cabeza para seguir trabajando desde hace horas cuando me enteré de la desaparición de mi hija, pero lo que menos me imaginé sería que la encontraría en el jardín del primer piso siendo fotografiada por alguien, aunque eso no era lo más extraño, sino que Becca se notaba cómoda con esa mujer, sonreía demasiado y hablaba con total soltura sobre mí, su padre y también de Christy. Hasta ahora, no creí que tendría tanta cercanía con alguien, menos, porque a las personas de la empresa por mucho que los conociera los trataba con cierta distancia, como si comprendiera