—No— respondió en seco. Armand había hecho todo eso sin su autorización, así que si quería seguir jugando a su lado, debia explicarle el porqué, antes de que Avery decidiera no continuar a su lado. Había escuchado que eso podía ocurrir si una participante no se sentía del todo a gusto con su acompañante— fui yo quien quiso seguirte. Avery confundida por su respuesta y al mismo tiempo intrigada, alzo ligeramente la ceja, sabia que iba a desperdiciar la oportunidad de hacer una buena pregunta que le brindara más información, pero el sombrerero le parecía un hombre bastante intrigante. —¿Por qué?—hizo su pregunta y entonces Armand se vio obligado a intensificar la potencia del juguete entre sus piernas. Esa pregunta le había válido una sensación más extrema, estaba a punto de tener un orgas