HUNTER
—¿La quiere? —pregunté, y estuve a punto de gritar.
—Le interesa —me corrigió mi padre—. Venid a cenar, los dos, y él vendrá para hablar con ella.
Colgué enseguida y llamé a Sofía. Ya estaba seguro de que se iba a quedar allí conmigo, con nosotros. Empezaba la universidad en dos semanas y eso, en un principio, significaba que Sofía se marchaba, pero ya no.
—¿Hunter? —me preguntó con su adorable tono de voz. j***r si la quería. Sentía todo aquello con una intensidad aterradora—. Pensaba que estabas trabajando.
—Y lo estoy. Pero tienes que prepararte porque en un rato iré a por ti. Vamos a cenar a casa de mi padre.
—¿Perdona? ¿Cómo... ya? ¿Porqué no me lo has dicho antes?
Le expliqué la situación mientras terminaba el trabajo en casa de la señora Finch, y terminó la llama
