[Pablo] —¡Nina! ¿¡Ya estás lista!? — le llamo mientras tengo a Mar entre mis brazos, vestida con un hermoso suéter de lana, color tierra, según Nina, unos pequeños leggins de color gris, y coronando, un hermoso moño color beige, mi hija tiene estilo para el invierno de eso no tengo duda —Nina— vuelvo a decir cuando de pronto ella sale de la habitación con su maleta. Ella trae unos pantalones de mezclilla que se adaptan a sus hermosas piernas, una blusa negra igual de pegada, unas botas negras que le llegan a la rodilla y un suéter color vino. Su hermoso cabello cae sobre sus hombros y de nuevo me veo como un idiota observándola sin poder quitarle la vista. Nina es hermosa. —¡Qué genio! — me dice mientras toma los abrigos que dejó sobre el sofá y luego se dirige a Mar — tu hija debe

