*Una semana después*
Una semana después y eso de salir con Nina y Marcy no fue tan mala idea. A diferencia de Cleo ellas son algo inmaduras pero son muy nobles, o eso creo, a decir verdad estos últimos días hemos estado pasándolo bien.
Aunque cuando se pusieron con eso de "Mi cambio de look" fueron realmente como un grano en el trasero.
—Bien ¿y a dónde iremos?
—Vamos a mi casa.
—No, vamos a la mía. —dijo Marcy.
—Mejor vamos a un lugar neutral. —dije interrumpiendo a ese par.
Ambas me miraron extrañadas, y comenzaron a reír.
—No seas simple Eva, nosotras no vamos a "lugares neutrales"
—Vayamos a mi casa, no habrá nadie. —sugerí.
Marcy y Nina me miraron extrañadas.
—¿De verdad nos invitaras a tu casa?
—Amm, si, digo no es de lujo como la de ustedes pero igual es una casa.
—Genial. —responden ambas para variar, como siempre.
—¿Tienes coche?
—No, me gusta caminar.
—Bueno pues ya no más. Iremos en el auto de Nina.
—Chicas yo... no creo.
—Por favor, odio caminar.
—Esta bien.
La rutina escolar era casi la misma, levantarme, ducharme, desayunar, e ir al instituto. A diferencia de que ahora Nina y Marcy pasaban por mi.
6:30 am
—¡Eva! Ya despierta es hora de levantarse. —grita mi tía detrás de mi puerta.
—Ya voy.
—Anda niña ya es viernes no puedes flojear así.
—Ash, cuando quiere se comporta como una madre
Me saqué la pijama y me dispuse a darme una ducha fugaz, el agua debía despertarme, o eso esperaba. Quince minutos después salí del baño directo a vestirme. Tome mi blusa café de manga corta, unos jeans color n***o y un suéter del mismo color, até mi cabello en una cola alta y baje al comedor.
—Buenos días tía.
—Buenos días, —responde dándole a un sorbo a su café—. Por cierto hay algo para ti sobre la mesa.
Caminé hacia la mesa y me encontré con un sobre blanco desgastado y una caligrafía perfecta.
La abrí y pude ver que era una carta, me senté en la silla más cercana y me dispuse a leerla.
Hola mi niña, hoy es un día muy especial, es por eso que tienes esta carta entre tus manos. Antes de cualquier cosa, ¡Felicidades! Hoy has pasado de ser una niña, para convertirte en una mujer, daría cualquier cosa por estar contigo.
Tu tía Helena se ha encargado de cuidarte, es por ello que te pediré que la quieras, puede ser algo atolondrada, mandona y bipolar, pero sé que te quiere mucho.
Sé que esto ya lo habrás hablado con Hele (tu tía), chicos, ten mucho cuidado, sé que eres inteligente mi niña, no tengo duda de ello.
Ama, ríe, goza, disfruta, perdona, sueña y diviértete como si fuera el último día.
Ojala tú si llegues lejos nena, confió en ello.
Daría mi vida por estar contigo en estos momentos. Pero estoy contigo desde allá, cuidándote, te amo Eva. Y eres lo mejor que me pudo pasar.
Pd:Utiliza tu dinero con inteligencia, debes brillar y ser grande, inmensamente grande.
Sophia.
Era el mejor regalo de cumpleaños, una carta escrita por mi madre y una foto donde supongo me esta cargando.
—Feliz cumpleaños Eva. —dice mi tía dándome una tarjeta dorada.
—Esto... ¿Puedo usarla? —cuestiono con tono sorprendido.
—Sí, en lo que quieras. —alza sus cejas emocionada—. Son 100,000 solo para ti, y puedes gastarlos en lo que quieras.
—¿No es dinero de mis estudios?
—No, ese es un regalo de mi parte. —se cruza de brazos de manera presumida.
—Gracias tía.
—Anda ya vete o se te hará tarde.
—me apura.
Tomo mis cosas y salgo de los más emocionada al instituto. A una calle de mi casa Marcy y Nina me alcanzaron, subí al auto y salude.
—Hola chicas.
—Hola Eva. —saludan ambas en coro, como siempre.
—Eva, Marcy y yo hemos hablado de algo importante. —menciona Nina con toda la seriedad posible.
—¿Y de qué se trata? —pregunté intrigada.
—Queremos saber ¿qué haz pensado de nuestra amistad?
—Pues para ser honesta, son muy agradables. Y no sé como diablos sucedió eso pero me agradan.
—¿Eso quiere decir que seremos amigas? —cuestiona Marcy.
—Eso creo. —respondí sin seguridad.
—¿Sabes lo que eso significa Nina?
—¡Cambio de look! —gritaron emocionadas.
—¡¿Qué!?
—Tú mi querida Eva tendrás un cambio de look. —repite Nina como si se tratase de algo único en el mundo.
—Además es tu cumpleaños, y traje algo para ti.
Marcy saca una pulsera de color negra con cuentas doradas y un dije de BFF de oro. Si me lo preguntan creo que es algo que nunca me imaginé estar recibiendo en este día y por parte de ellas.
—No es necesario, creo que su compañía es todo.
—Eva acéptalo, nosotras tenemos uno. —menciona Nina mientras ambas alzan el brazo para mostrármelo.
—Esta bien.
—¡Es hora de un cambio! —grita Nina con fuerzas.
—¡Es hora de ser libre! —le procede Marcy.
—¡Es hora de que conozcan a Eva!
—sentencie con firmeza y seguridad.
—Bien ¿y a dónde iremos?
—Primero iremos a que hagan algo con tu cabello, no esta tan mal, pero queremos que resalte. —dice Marcy acariciado mi cabello.
—Luego iremos por algo de ropa de temporada, acá entre nos, la amiga de mi madre, nos da un descuento extra cada que vamos de compras, obviamente la cuenta final debe tener varios ceros para que pueda hacerlo. —nos confiesa Nina con un tono de complicidad, como si tener descuento fuera un delito federal.
—Bien, pero nada extravagante, quiero seguir siendo yo. —pedí con amabilidad esperando a que no rechistaran.
—Esta bien. —respondieron ambas poniendo cara de pocos amigos.
Me pregunto si algún día dejarán de hablar en coro.
—Pues andando, que esta noche hay fiesta de piscina y nosotras, tenemos que estar ahí.
—¡Fiesta! —grita entusiasmada Nina
—¿Fiesta, dónde?
—En casa de Marco, como cada quince días que sus padres no están.
—No creo que sea...
—¿Buena idea? —cuestiona Marcy con los brazos cruzados en señal de que no aceptará un no por respuesta.
—Sí. —susurro.
—¿Cómo sabes que no es buena idea?
—Pues no lo sé, nunca he ido y yo...
—Nada, nada. —me interrumpe—, iremos y no acepto un no por respuesta. Además ahora las cosas son diferentes, ahora somos amigas, ¿no?
Asiento y ambas me ponen carita de cachorro.
—Di que sí. —pide Nina.
—Esta bien, no necesitan poner cara de animalito triste. Iremos a la fiesta.
Ambas aplauden y ríen entusiasmadas, espero no estar cometiendo un error al ir a esa fiesta. Aunque confieso que muero de ganas por ver a Marco, me da algo de inquietud estar en un mismo lugar donde Ian y Harry estarán.
—Vamos por esas compras. —digo tratando de alejar los malos pensamientos.
Mis nuevas amigas sonríen nada más y me toman ambas de cada brazo, sonará loco pero ya empiezo a estar acostumbrada a su compañía.