ADRIANO
Mi biblioteca era un espacio al que rara vez acudía. Estaba repleta de volúmenes que abarcaban desde siglos atrás hasta la actualidad, y era un rincón que todos sabíamos que existía pero que raramente visitábamos. La mayoría de nosotros prefería otro tipo de actividades, como la práctica de habilidades con armas o cuestiones relacionadas con la etiqueta. Alessandro, en cambio, encontraba su deleite en la historia y siempre estaba en busca de nuevos conocimientos.
Tenía el asunto de la etiqueta bastante resuelto; no requería más práctica en una habilidad que dominaba. En mi caso, tenía un enfoque diferente. Disfrutaba de la soledad y el silencio que la biblioteca ofrecía. El aroma de los libros antiguos se mezclaba con el de las velas encendidas, y la cálida atmósfera de las estan
