Me mantuve en la acogedora estancia con mi madre, charlando y de vez en cuando lloriqueando como una niña pequeña entre sus brazos, no obstante, de alguna forma con sus palabras cariñosas y llenas de un ánimo inigualable, terminaban sacándome una que otra sonrisa en ese horrible momento cargado de sufrimiento. Victoria y Cody junto con Lucila, habían aparecido minutos después en la habitación de mi madre, sólo para asegurarse de mi estado, ya que según entendía en su atropellada explicación, Nia y Ryan les habían indicado que yo había despertado. Al verme un poco malherida e internamente destrozada pero en una sola pieza por así decirse, su inquietante preocupación se llenó de alivio, y el pelinegro entre lágrimas, había saltado a abrazarme con tal fuerza, que el poco aliento que me qu