Él sobre mí, mis brazos por encima de mi cabeza, y su mano amarrando mis muñecas mientras que se mueve en mí es la locura absoluta. Su boca busca la mía con desespero provocando un mar de sensaciones dentro de mí. Mi esposo sonríe sobre mis labios y luego me muerde levemente.
—Amarte es lo que amo más —pronuncia derritiéndome de amor.
—Te amo con locura —rebato y es tanto el placer que no podemos más que dejarnos llevar hasta que un exquisito orgasmo nos consume.
Mykel sale de mi lentamente y cae a mi lado con una sonrisa tatuada en su rostro. Yo, solo me abrazo a él y lo miro tratando de no sonrojarme, pero siempre que estoy así con él me pasa lo mismo.
—¿Qué ocurre? —me pregunta mirándome y acariciando mi cabello con ternura.
—Nada, es solo que por más que conoces cada espacio de mi
