Al día siguiente: 21 de agosto Nunca es fácil regresar a la realidad después de haber pasado días mágicos alejados de todo. Me hubiese encantado que nuestra luna de miel fuera eterna, pero los compromisos laborales no se pueden aplazar eternamente. —Y volvimos —comenta mientras que deja las maletas a un costado y yo tomo a Malí del cochecito. —Me hubiese encantado estar muchos meses viajando contigo y disfrutando de todo lo que nos pasa —comento un poco decepcionada y se acerca a mí. —A mi también, pero créeme que si o si necesitábamos volver a casa —señala y besa mi frente tiernamente. —¿Y eso? ¿Hay alguna reunión importante a la que debas asistir? ¿Me olvide de alguna sesión de fotos? —averiguo confundida. Él esboza una amplia sonrisa y me mira como si estuviese asegurándose de al