Me entrega una taza de café y me siento frente a él, ya está bañado y trae su ropa limpia. —¿Quieres desayunar? —le pregunto mientras tomo mi café. —No, aún es temprano, me gustaría que vayamos a ver a tu abogado. —Para eso también es temprano, te parece si me doy una ducha y salimos a desayunar fuera. —¿Es un pretexto para no cocinar? —Sí y también para que conozcas la ciudad. —Está bien, pero date prisa que siento que me ahogo aquí encerrado. —Claro, no me tardo. Me doy una ducha y me preparo para salir a desayunar con Liam, enciendo mi teléfono y me llegan muchas notificaciones, entre ellas hay varias llamadas de mi madre. —Bueno vámonos, ya estoy lista. Liam se pone de pie y se acomoda su sombrero. —Te ves muy guapa. —Gracias. —Pareces toda una chica de ciudad. Le sonrío