Habían pasado alrededor de cinco minutos desde que el auto de Alessandro dejó a Georgia frente a la casa de Valery, cinco minutos en que la mujer no abría la puerta y tampoco respondía a su celular.
Georgia estaba comenzando a frustrarse y considerando la idea de ir a un motel donde pudiera para esa noche, sin embargo sin ánimos suficientes para ir a la avenida principal para alcanzar un taxi, Georgia se sentó en el pórtico de la casa de su mejor amiga y recostó su cabeza en sus manos, estaba cansada, tenía sueño, ese día muy temprano había tenido que llevar a Thomas al campamento donde pasaría los siguientes tres días, había tenido mucho por hacer y no había descansado, eso, sumado al ajetreo de la noche tenía su cuerpo completamente desgastado.
Allí, en medio de la noche y del frio q
