♦️Ahora eres mi esposa♦️
Vanesa sonrió y miró la cara de Giovanni, era la cara de un hombre que se puso la soga al cuello, “Pobre imbécil, si tan solo supieras que ella te engaña”.
—Nada, una tontería — dijo Giovanni, y dejó la tarjeta cerca de Vanesa, Vanesa la miró y la tomó con discreción.
—Bueno, entonces me voy— dijo ella mientras la guardaba en su puño derecho.
—¿A dónde vas? —preguntó Giovanni.
—A la farmacia, por unas pastillas …. pará el dolor de cabeza—respondió Vanesa.
Bianca la miró salir con una sonrisa y miró al hombre que tenía una expresión que ella nunca antes había visto, él estaba terminando de desayunar.
—¿Qué ocurrió? —preguntó Bianca mientras tomaba asiento.
—Ya te dije que nada.
Bianca sabía que algo había pasado, pero aún no estaba segura de que, ahora se daba cuenta que había dejado sola a esa arpía con su hombre. —Mi amor ¿Y si salimos esta noche?.
Giovanni se puso de pie y se acomodó la corbata. —No puedo, tengo cosas que hacer, tal vez regrese tarde, sal con tus amigas— dijo él y le dio un beso en la frente a su novia, —Tengo que ir al trabajo, ¿Quieres que te lleve?.
Bianca asintió y todo el camino se quedó en silencio, muy pensativa. Tener una aventura con Gino era algo fabuloso, él era muy cariñoso y atento, a diferencia de Giovanni, quien en ocasiones se comportaba muy frío, y distante. Gino la escuchaba y la hacía reír, pero muy en el fondo su corazón estaba con Giovanni, lo conocía desde hacía muchos años y la volvía loca, él era apuesto, trabajador, era exitoso, y Gino sólo era un chofer, no había comparación, él no tenía nada que ofrecerle.
—Te amo, ¿Lo sabes verdad? — preguntó Bianca cuando llegó a su destino.
Giovanni la miró y asintió, eso hizo que Bianca se preocupara, se suponía que él debía de decir que también la amaba, entonces… ¿Por qué no lo dijo?.
………………
Mientras tanto Vanesa iba en un auto junto con Santino, era la primera vez que miraba el lugar, todo se veía tan romántico y maravilloso.
—¿A dónde quieres que te lleve? — preguntó Santino.
—¿Podemos ir a la playa?.
Aquel encantador hombre sonrió y asintió.
Vanesa era como una niña jugando, estaba tan emocionada, nunca antes había visto el mar, y sentir esa fina arena entre los dedos de sus pies era muy relajante. Santino sonreía al verla, ella podía ser muy tierna o muy sexi si así lo quería, no había conocido una mujer como ella.
—Te ves hermosa—dijo Santino mientras la abrazaba por la espalda, Vanesa sonrió y se dio la vuelta, Santino era muy guapo, pero no era alguien con quien ella quisiera estar todo el tiempo, para ella solo era diversión y nada más.
—¿Lo crees?.
—Si, te estoy viendo.
Vanesa sonrió y miró el mar, suspiró y se quedo un momento viendo las olas y guardando aquella imagen en su cabeza, volvieron al auto y fueron a comer algo, ella olvidó por completo que tenía que pasar a la farmacia y lo recordó justo cuando Santino dijo: —Giovanni.
—Es para ti— dijo Santino y le pasó el teléfono a la chica.
—Diga— dijo Vanesa.
—Te veré en el ayuntamiento, para la boda civil, ya le di la dirección a Santino, te veo en una hora — dijo Giovanni.
—Esta bien— dijo Vanesa y cortó la llamada.
—¿Por qué iras al ayuntamiento con él? —preguntó Santino mientras ponía el auto en marcha.
—Vamos a casarnos— respondió Vanesa.
—¿Qué?, ¿Casarse?.
—No es lo que parece, no será algo en serio.
—No entiendo, pero si te casas con él, ya no podremos vernos.
—A él no le importa, ya te lo dije no es algo serio, no lo comentes con nadie— dijo Vanesa.
Santino solo asintió y condujo en silencio, nadie se debía de meter con las mujeres del Duque, lo conocía perfectamente y sabía que no era un hombre que se tentara el corazón, había visto con sus propios ojos que tan cruel podía ser.
Al llegar al ayuntamiento, Vanesa bajó del auto y estiró los brazos, miró a su alrededor y de pronto ahí estaba él, luciendo tan atractivo con su traje y sus gafas de sol, se veía importante e imponente, estaba fumando junto con Chuck.
Giovanni al ver a Vanesa no pudo evitar sentir cierto desagrado, ¿Por qué se había metido con ella?, miró que del auto bajó Santino y se sintió aún más molesto, no sabía por qué, simplemente no le agradaba verlos juntos.
Tiró la colilla del cigarro al suelo y la pisó con su zapato de cuero de color café, Chuck levantó la colilla y fue a tirarla a un bote de basura, él era un tanto estricto con la limpieza, y le causaba un conflicto interno ver basura tirada en la calle.
—Terminemos con esto de una vez… ¿Tienes los papeles? — preguntó Giovanni.
—Si señor— respondió Chuck y le mostró el folder en sus manos.
Giovanni caminó hasta Vanesa y la miró fijamente, ella no era fea, pero había algo que no le gustaba, ¿Que era?, aún no lo sabía.
—Tu vendrás como testigo — dijo Giovanni y señaló a Santino.
La boda civil fue muy rápida, Vanesa firmó, Giovanni firmó, Chuck les dio unos anillos y eso fue todo, oficialmente eran esposos, se casaron por bienes separados, una vez que salieron del ayuntamiento Giovanni miró a su ahora esposa y luego miró a Chuck.
Chuck fue al carro y traía consigo la mochila de la chica y una bolsa de papel.
A la chica se le iluminó el rostro y miró con emoción al cara de pared.
—Tus cosas, y esto…. —dijo Giovanni y le entregó la bolsa, —Es para ti, no es un regalo, no te confundas, es para el trabajo.
Vanesa miró el contenido de la bolsa y sacó una caja, dentro había un celular nuevo, miró a Giovanni y negó.
—Tengo mi propio teléfono.
—Ah, si, el teléfono con la pantalla quebrada— dijo Giovanni.
—¿Revisaste mis cosas?.
—Si.
—Eso es invadir mi privacidad, no tenías derecho.
Giovanni sonrió y se acercó al oído de Vanesa y en un susurro le dijo: —Anoche también invadí tu privacidad y eso no pareció molestarte.
Escuchar eso la puso rígida y sintió el calor en sus mejillas, ¿Por qué se lo recordaba de repente?, ¿Acaso no fue él, el que dijo que lo olvidara?.
Giovanni solo miró a la sonrojada chica y luego miró a Santino de una manera poco amistosa, tal vez era hora de cambiar a su personal.
—No recuerdo nada… Oh espera, es que fue algo insignificante, tal vez es por eso, ahora, me voy… Esposo— dijo Vanesa y dio media vuelta.
Giovanni sentía una punzada en lo más profundo de su ser, quería golpear a esa joven tan tonta, ¿como se atrevía a hablarle de ese modo?, ¿y con ese tono de burla?.
La sujetó del brazo y la jaló con brusquedad, no le importó en lo más mínimo que los estuvieran viendo.
—No juegues conmigo niña, entiéndelo de una buena vez— dijo Giovanni mientras apretaba con fuerza el brazo de Vanesa.
Ella sentía un ligero temblor en su interior, sentía que Giovanni era capaz de golpearla si lo hacía enojar, pero… siempre fue una respondona nata, nunca se dejó de nadie.
—Anoche jugué contigo y eso no pareció molestarte —dijo Vanesa y lo miró directo a los ojos, luego se arrepintió de haber echo eso, pues sentía que se estaba haciendo muy chiquita frente a la mirada frívola de Giovanni, él era muy bueno intimidando a la gente, era como un don, don con el que había nacido.
Sin duda Giovanni tenía que enseñarle quien era el jefe, y quien era el empleado, ¿Acaso la chiquilla era tonta?, ¿Qué era lo que no lograba comprender?.
Tomó a Vanesa y la jaló hasta su auto para meterla a la fuerza en el asiento trasero.
—¡Suéltame!, estas lastimándome— dijo Vanesa mientras se resistía a subir al auto,
Santino se preocupó por lo que Giovanni fuera hacerle y se acercó a él,
—Señor…
Giovanni lo miró, lanzándole una advertencia sin tener que emitir ninguna palabra y eso bastó para que Santino se quedara callado y agachara la cabeza,
La pobre Vanesa subió al auto contra su voluntad y Giovanni subió junto a ella,
Chuck subió al asiento del piloto y sabía lo que su jefe iba hacer, así que movió el espejo retrovisor y puso el auto en marcha,
La chica respiraba con fuerza mientras Giovanni la miraba de una manera aterradora,
—Nadie juega conmigo, lo vas a entender por las buenas o por las malas— dijo Giovanni y jaló del cabello a Vanesa para acostarla en el asiento, se subió sobre ella y sin ninguna delicadeza abrió el compás de la mujer y se posicionó entre sus piernas.
—¡Estas loco! — gritó Vanesa al ver que Giovanni se desabrochaba el cinturón.
Abrió aún más los ojos al ver que sacaba su enorme v*rga y trató de no entrar en pánico.
Se sujetó de la corbata de él hombre, y lo a trajo hacia ella usando todas sus fuerzas, el hombre quería educarla, pero lo que no sabía es que se estaba metiendo con una profesional, Vanesa recordó lo que su madre le decía, "Si un hombre trata de intimidarte, tienes que intimidarlo más, solo así van a respetarte".
Cuando el rostro de Giovanni quedó muy cerca del de ella, ella aprovechó y le plantó un beso en los labios, se aferró a su cuello, esperaba que el tipo la empujara o algo parecido, pero no, Giovanni si le correspondió, ella saboreo los carnosos labios de aquel sujeto e introdujo su lengua en busca de alguna sensación que fuera placentera.
Chuck no quería escuchar como las dos personas en el asiento trasero tenían intimidad, así que prendió la radio y le subió al volumen, no sabía muy bien a dónde ir, así que decidió que iría a algún lugar un poco más privado para la pareja,
Mientras tanto Vanesa y Giovanni se besaban con pasión, Vanesa empezó a sentirse cada vez más excitada, así que empujó a Giovanni y lo hizo sentarse para después quedar ella encima de él, podía sentir la enorme erección que él hombre tenía, creyó que otro encuentro con él, tal vez no volvería a pasar, pero ahora, ahí estaban los dos, reviviendo lo que había pasado la noche anterior.
Ella se alejó de Giovanni solo un poco y miró el rostro perfecto que él poseía. Giovanni por otro lado se sentía extraño, no quería estar con la chica, pero entonces… ¿Por qué se excitaba tan fácilmente cuando ella estaba cerca?, tal vez ella era una bruja, una bruja que lo había hechizado y ahora caía ante ella.
La chica se quitó la ropa interior y se levantó el vestido que estaba usando.
Su piel estaba tocando la de Giovanni y eso le gustaba.
Se agarró con fuerza de los asientos y con la vista fija en aquel hombre, introdujo poco a poco su m*****o en su interior, ella no pudo evitar gemir, ya fuera por el placer o por el ligero dolor, Giovanni por otro lado se sentía complacido, esa mujer tan nefasta sabía como volverlo loco, lo que era peor, sabía cómo controlarlo y eso no le agradaba ni siquiera un poco, y quería sujetarla y enseñarle que él tenía el mando, pero…. También quería ver el acto de la mujer.
Chuck estacionó en un mirador que no era muy concurrido por que en realidad no había nada que mirar, todo lo que había era enormes árboles y pasto, estacionó el auto y bajó a toda prisa, se alejó un poco y respiró aliviado.
Miró a su alrededor y luego sacó un cigarro para fumarlo con tranquilidad mientras su jefe y Vanesa terminaban… de tener sexo.
Vanesa cabalgaba sobre Giovanni como toda una profesional, no podía, ni quería detenerse.
Sentía una enorme presión en su cuerpo que quería ser liberada, cerró los ojos con fuerza y se sujetó del bonito saco que Giovanni usaba, no le importó ni un poco, y se aferró a él como si fuese a caer de un risco.
Giovanni sujetó a Vanesa de las caderas y la estrujó entre sus manos, sentía que su m*****o iba a explotar por los movimientos de la mujer, y de pronto el cuerpo de Vanesa se desplomó sobre él, haciéndola gemir de placer, el m*****o de Giovanni sintió una enorme presión y eso fue todo, él también eyaculó sin control, dejó caer la cabeza hacia atrás y disfrutó del momento.
—¡Maldición!.
Vanesa no podía hablar, lo que sea que él hacía o tenía, era… era… único, al principio ella creyó que sólo era coincidencia, que no era la gran cosa, pero ahora, ¿Cómo podría pensar tal cosa?, miró a Giovanni y no pudo evitar dirigir su mirada hacia sus labios, él tenía los labios de un rojo natural, tan encantadores y tan suaves, también siempre olía bien, a colonia de hombre y a gel de ducha, era una combinación única, se mordió el labio inferior y pegó sus labios a los de él.
Ella de nuevo pensó que él se negaría a ese beso y que la alejaría, ya había obtenido lo que un hombre quiere de una mujer, así que no había razón para que él accediera a ese beso, pero su sorpresa fue tan grande cuando él le correspondió, que se sintió incluso algo mareada, después de que se probaron mutuamente, Vanesa se incorporó y se acomodó la ropa interior, Giovanni también se acomodó la ropa y suspiró.
—Amo a Bianca —dijo Giovanni, aunque no estaba seguro de si trataba de convencer a Vanesa o trataba de convencerse así mismo.
—Esta bien, esto solo es sexo, no es como que me estoy volviendo loca por ti— dijo Vanesa con una sonrisa un poco fingida.
Giovanni se sintió molesto por sus palabras, necesitaba alejarse un poco de ella, o empezaría a decir cosas sin sentido, así que salió del auto y fue hasta donde Chuck.
Chuck lo miró y sacó un cigarro para él.
—Ti conosco da molti anni, ma in questo momento ea causa della tua faccia, non so, se hai insegnato una lezione a quella donna, o se ti ha dato una lezione, (Te conozco desde hace muchos años, pero justo ahora y por tu cara, no se, si tú le diste una lección a esa mujer, o si ella, te dio una lección a ti).
Giovanni tomó el cigarro de mala gana y miró en dirección al auto, luego regresó la vista a la nada y dio una calada de su cigarro.
—Prenotare un ristorante, per stasera, (Haz una reservación en un restaurante, para esta noche).
Chuck asintió y después de terminar de fumar volvieron al auto, Vanesa estaba un poco pensativa, nunca antes se había enamorado de alguien, ni tampoco tuvo algún novio, todas sus relaciones fueron de encuentros casuales y nunca pasaron de más de tres encuentros, "No te enamores de él, no te enamores de él…", se repetía una y otra vez.
Llegaron a la casa de Giovanni y antes de que Vanesa bajara, Giovanni la sujetó del brazo.
—Deja de intimar con Santino, o con cualquier hombre….
—¿Eso te incluye?.
—Ahora eres mi esposa, y aunque no sea algo real tienes que actuar como tal, no quiero chismes ni nada por el estilo, ¿Entendiste?.
Vanesa solo asintió y bajó del auto.
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EXTRA:
Salvatore llegó a la oficina de su hermano y sin pedir permiso se sentó en la pequeña sala que tenía, Maurizio lo miró y arrugó el entrecejo.
—¿Y bien? — preguntó un poco impaciente.
—Prima, voglio sapere, perché sei così interessato alla ragazza?, (Antes, quiero saber, ¿Por qué te interesa tanto la chica?) — preguntó Salvatore con cierta curiosidad.
—Ti dico solo che ... Tra me e Giovanni, l'equilibrio non è allineato, mi hai capito, vero?, (Solo te diré que… entre Giovanni y yo… la balanza no está alineada, tu me entiendes, ¿No?.
—Ecco tutto quello che ho trovato di leí, (Aquí esta todo lo que encontré de ella) — dijo Salvatore y le entregó un folder.
—Grazie, (Gracias).