Dos meses después: 30 de enero
Desde que tomamos la decisión de mudarnos a Annecy, todo comenzó a tener un nuevo sentido. No era solo dejar atrás París o comenzar una vida con Pierre… era también la necesidad profunda de construir algo que dejara huella, algo que fuera más grande que nosotros.
Había heredado más dinero del que jamás pensé tener. No fue fácil aceptar esa fortuna, sabiendo todo lo que se perdió para que llegara a mis manos. Pero entendí que podía transformarla en algo que diera vida, en lugar de cargar con un pasado que dolía.
Fue entonces cuando surgió la idea: un centro de producción. No una fábrica cualquiera, no un negocio más. Quería crear un lugar donde mujeres como yo, o peor aún, como yo podría haber sido si no hubiera tenido ciertos privilegios pudieran aprender,
