— ¿Said Johnson? –preguntó la enfermera al salir de la habitación, consiguiendo acabar con ese tenso momento- la paciente lo está llamando –le informó en cuanto el castaño se le acercó
Said entró tan rápido como le avisaron, encontrándose con el expectante rostro de la rubia.
— ¿Dónde están mi amor? ¿Por qué aun no traen a mis hijos? –preguntó relamiendo sus resecos labios y sentándose con ayuda de la enfermera
— No te desesperes mi amor, ya traerán a “nuestros” hijos –le dijo con una tierna sonrisa acariciando de su rostro
Said sirve un poco de agua en el vaso y le da de beber a Alice, quien parece haber cruzado el desierto en sueños de tanta sed.
— ¿Hija? –pregunto Eduardo con el ceño fruncido- ¿Debería seguir considerándome tu padre o simplemente olvido que existo para ti?
— Pa
