Kayda Dabria Paso el peine por las hebras de mi cabello atandolo en una coleta alta, me aseguro que quede perfectamente agarrado, sin ni una hebra suelta, me pongo el sudadero, salgo del closet y veo hacía el sofá que ahora se encuentra vacío. El hombre es intimidante, me pone de los nervios, salgo de mi habitación y voy a la cocina dónde encuentro a una de mis servidoras. — Lléname un pachón con agua, saldré a correr… — ¿Con permiso y compañía de quién? — me sobresalto con la grave pero melodiosa voz. Está vez no es Andreus, me giro observando a quien reconozco como Kurt Wagner, es un tipo atractivo, cabello castaño ahora mismo algo despeinado pero mantiene su toque, facciones marcadas pero un toque suave que lo hace ver cómo un príncipe coqueto, tiene unos ojos verdes musgo impresio