Andreus Mavros
Enzo está sentado al otro lado de la mesa con la mirada perdida, llevamos cinco días de lo ocurrido y de su mente no sale como Kayda dijo su nombre.
He hablado con el y he tratado de explicarle que probablemente ya había oído su nombre antes y lo reconoció aunque también he pensado como él, su nombre en los labios de Kayda se oyó como si lo conociera de antes.
— ¿Cómo es que convenció de que la llevemos fuera de la ciudad? — pregunta Leonid curioso.
— Tengo la misma duda — comenta Kurt.
— Me di cuenta que la debilidad de Iván es su esposa y su hija, hará lo que sea para que ellas sean felices — respondo.
— Aunque la mujer es muy fría — comenta Aenes.
— Y Kayda muy callada — comenta Enzo.
— No, la señora Anny y Kayda no son nada igual, la señora Anny es fría, absorta
