JOSHUA —Buenos días, triunfador —me alabó Blake cuando volvió a la habitación a la mañana siguiente. Fue directo al baño a quitarse todo ese pintalabios del cuello—. ¿Qué tal anoche? De sólo recordarla quería morirme. Después del partido mi noche se fue a la mierda. Esa mañana ni si quiera salí a desayunar con el resto del equipo que ya estaba en el hotel a esa hora. Estaba tirado en la cama, llevaba despierto dos horas y no me había movido de allí. Las cosas de pocas horas atrás todavía me revolvían la cabeza y no dejaba de repetirme lo imbécil que había sido por todo. Echaba de menos a Hannah, en realidad eso lo llevaba haciendo desde semanas atrás. Normalmente cuando nos alejábamos, seguíamos hablando constantemente, pero desde hacía dos semanas que a penas intercambiábamos palabr