HANNAH
—¿Habéis visto al chico nuevo? —recuerdo que preguntó Clarise.
Fue lo primero que nos metió la incógnita en el cuerpo a mi y a mi pequeño grupo de amigas.
Por aquel entonces, en séptimo grado la gente ya empezó a gustarse, teníamos trece años, el curso estaba casi terminando y era muy raro que alguien llegara nuevo para esas alturas.
—Dicen que es muy guapo —siguió comentando Clarise.
—¿Podemos hablar de eso cuando acabe la clase? —pedí en voz baja. Me costaban las matemáticas, así que siempre me esforcé el triple en aquella asignatura.
Pero ellas no dejaron de parlotear y pude unirme a su charla cuando salimos de camino a la siguiente clase. Todas mis amigas empezaron a fijarse en chicos, yo no estaba tan interesada porque éramos muy inmaduras y me parecía que era una pé
