HANNAH —Mañana nos cuentas —me dijo Mikaela cuando terminó nuestra última clase. Estaba nerviosa, pero impaciente y emocionada. Era el primer día que Joshua me invitaba a su casa y sabía que su madre no estaba, así que era muy obvio lo que pasaría, sobre todo después de nuestros toqueteos esporádicos y las ganas que se notaban que los dos teníamos de que pasara. Yo ya estaba preparada, y llevaba un tiempo sabiendo qué era lo que quería, y sabía que Joshua me había esperado. —Y nos cuentas como la tiene —añadió Clarise. Eso creo que ya lo sabía, la había rozado por encima de sus pantalones y aunque no tenía con qué comparar el pene de Josh, me parecía grande. Agité la mano y me colgué la mochila a la espalda despidiéndome de ellas. Joshua me encontró entre la gente del pasillo y me e