Lissana se quedó de pie frente a la puerta de la habitación donde se encontraba Eren, los guardias al ver que dudaba tanto en entrar, preguntaron.
— ¿No piensa entrar?
— ¿El bibliotecario ya ha llegado?
— Eren se encuentra en el campo de entrenamiento en estos momentos.
— Ya veo.
Al escuchar que Eren no había llegado aún, Lissana entró a la habitación sin vacilar. No quería verlo, pero le desilusionó saber que no estaba ahí.
Ella dio una mirada a la mesa que había en el centro, los libros que había apilado ella el día anterior ya no estaban. Las estanterías también parecían haber sido ordenada
— Si tuviera tiempo para organizar las estanterías, lo hubiera usado para seguir leyendo.
La puerta de la habitación se abrió. Eren entró en la habitación.
— Buenos días princesa.
