Capitulo 4

2081 Words
—¿Cómo te fue Gema compraste muchas cosas?   —Si Nelly me traje media tienda ¿ya llegaron Ethan y Pau?  —Si, subieron a sus habitaciones.  —Mientras bajan a cenar voy a buscar el teléfono de Hanna, tengo que hacer la cita para que venga a maquillarme.  —Muy bien en 15 minutos sirvo la cena.  Entro a la oficina de Ethan y me sorprende ver una foto en su escritorio, está con una chica muy parecida a él, imagino que es su hermana, se ven muy contentos, no sé porqué pero está chica se me hace que la he visto antes, empiezo a escuchar las voces de Ethan y de Pau, agarro el número de Hanna y le marco.  —Hola.  —¿Hanna? —Si soy yo ¿quién habla?  —Soy Gema la esposa del Sr. Beckett. —Hola Gema que gusto escucharte.  —Bueno te llamo porque necesito de tú ayuda, podrás venir a maquillarme y peinarme en unas semanas. —Si claro, mándame la dirección y la fecha exacta y ahí estaré.  —Perfecto muchas gracias.  Voy saliendo de la oficina y Ethan se sorprende al verme.  —Hola Gema.  Se acerca y me da un pequeño beso en los labios.  —No sabía que habías vuelto ¿encontraste todo lo que buscabas?  —Si, gracias.  Van pasando los días y todo es igual, yo me paso la mayor parte del tiempo nadando temo que en cualquier momento me salgan escamas, ayudo a Nelly con la cocina para matar mi aburrimiento, y por supuesto tengo que aguantar a Pau y a Ethan haciéndose arrumacos, estoy empezando a dudar de mi cordura, cada vez que escucho la voz de Pau quisiera ahorcarla ahí mismo.  He estrenado alguna de mi ropa nueva y Ethan solo me sonríe, hablamos muy poco, es como si evitara acercarse a mi.  Después de preparar una deliciosa cena con Nelly, me siento con Ethan y Pau a disfrutarla, mientras ellos platican estoy pensando en nadar un rato en la pisicina, estrenar el precioso traje de baño que me compré hace unos días. —¿Puedo hablar contigo Gema? Yo me sorprendo escucharlo después de que me ha ignorado durante toda la cena.  —Claro. Pau le toma la mano.  —Ethan recuerda que hay prioridades.  El la ve un poco molesto. —Sí lo sé, no tienes que recordármelo.  Se pone de pie y yo me levanto, pone su mano en mi cintura y me lleva a su oficina.  Entramos y cierra la puerta, se acerca a mi y me besa, primero lo hace despacio y poco a poco más apasionado. —Tienes que ir a ver a un doctor, necesito que te cuides con algo, me muero por hacerte el amor.  Sigue besandome mientras pasa sus manos por mis pechos, mete su mano a mi ropa interior y empiezo a desesperarme. —Sería tan fácil hacerte mía ahorita, pero no quiero que mi primera vez contigo sea con preservativo. Empiezo a desabrochar su camisa y lo acaricio, le paso las uñas con cuidado por sus músculos y siento como se estremece.  —¿Cuántos días hace que tuviste tú periodo?  —Terminé hace dos días.  —Perfecto.  Me quita la ropa y empieza a besar mis pechos, la sensación de cosquilleo que me recorre el cuerpo es magnífica, se baja los pantalones y el bóxer, está acomodado en medio de mis piernas, de pronto me sorprende al entrar en mi de un solo movimiento, por un momento siento que me falta el aire, tengo un poco de dolor y mis ojos se llenan de lágrimas.  Me levanta en los brazos y me acomoda en el sofá de piel que hay en su oficina. Me besa mientras sigue moviendose dentro de mi, paso mis manos por su espalda desesperada, de pronto me sorprende una sensación de placer maravillosa, cierro los ojos y le clavo las uñas en la espalda, a los pocos minutos siento su cuerpo vibrar.  Se levanta con cuidado y se sienta a mi lado. —Perdóname por dudar de ti, espero no haberte lastimado, pero te sentías tan bien que no pude detenerme. Yo me siento y me acomodo la ropa, esto fue más de lo que yo alguna vez hubiera imaginado, no puedo creer el placer tan intenso que sentí. Sin darme cuenta estoy llorando. —Gema yo lo siento. Volteo a verlo y lo beso, me acomodo sobre él y en un instante está llenandome de nuevo, me muevo desesperada y él me detiene. —Despacio, te vas a lastimar más.  Empiezo a moverme despacio y no tardo mucho en volver a sentir un inmeso placer, me siento adolorida pero feliz, cuando siento su cuerpo vibrar lo abrazo con fuerza. —Esto es maravilloso.  El me sonríe. —Eres increíble, no entiendo como pude aguantar tantos días sin hacerte mía. Me pongo de pie y la piernas me tiemblan, me siento y le sonrío. —Creo que no tengo fuerzas, pensaba ir a nadar antes de dormir pero creo que no podré, capaz y me ahogo porque las piernas no me responden.  El suelta una carcajada, me encanta verlo sonreír, es la primera vez que me sonríe así mientras nos vemos a los ojos. —No sabía que te gustaba nadar. —Bueno en realidad no nos conocemos. El se pone serio por un momento. —Gema cuando yo le dije a tú hermano que si te casabas conmigo él sería mi socio nunca me imaginé que te iban a obligar.  Yo sonrío con tristeza. —Mi hermano y mi madre son capaces de todo por dinero. —Lo siento. —Ya no te preocupes, ya está hecho. Me acomodo la ropa y el cabello aunque con eso no hay mucho que hacer, Ethan me revolvió mucho el cabello mientras haciamos el amor. —Me voy a descansar. —Vamos a mi habitación, quiero tenerte cerca. —Prefiero irme a la cabaña, si no te molesta.  El asiente y yo salgo apurada a la cabaña, en cuanto entro cierro la puerta y suspiro, aún siento mi cuerpo vibrar por lo que acaba de pasar. Por favor no quisiera ni bañarme para no quitarme su aroma, esto fue más de lo que alguna vez pude imaginar, con razón la Pau no se le despega, aunque tiene una cara de amargada que me cuesta creer que le hace el amor de la manera que me lo acaba de hacer a mi, sólo de recordarlo siento que un cosquilleo me recorre el cuerpo, es cómo si tuviera ganas de más, para que me miento, claro que tengo ganas de más.  Me doy una ducha para limpiarme los residuos de sangre, me siento un poco adolorida pero valió la pena, me pongo una de mis nuevas pijamas, es muy cómoda y sexy, la blusa no deja nada a la imaginación y el short es más pequeño que mi ropa interior, según Bea son muy cómodas, a mi en realidad me da igual, pero bueno a dormir. Me acomodo en la cama y no tardo en quedarme dormida, por la madrugada me despierta Ethan besándome. —Me imagino que estás adolorida pero no puedo sacarte de mi mente. Me doy la vuelta y quedo frente a él, me acerco y lo beso, poco a poco el beso se vuelve frenético, me quita la pijama con prisa y me pone de espaldas, me toma con un poco de agresividad que al principió me pone nerviosa pero cuando mi cuerpo reacciona a sus movimientos me olvido de todo, de pronto se detiene y me da la vuelta, me acomoda sobre él. —Vamos Gema busca tú propio ritmo. Sin pensarlo mucho empiezo a moverme y no puedo creer las sensaciones de mi cuerpo, sus ojos brillan con deseo y eso me da más confianza por lo qué dejo de pensar y me dejo llevar, llegamos juntos a un maravilloso orgasmo y quedo tan exhausta que me acomodo sobre su pecho, escucho su corazón que late muy rápido, él me tiene completamente aprisionada en sus brazos. —Perdón Gema, soy un poco brusco en cuanto al sexo se refiere. Yo sonrío. —¿Te estás riendo de mí? Volteó a verlo y no puedo negar lo guapo que es, su cabello que siempre está perfectamente arreglado esta hecho un desastre y se ve tan sexy. —No, no me estoy riendo de ti, es sólo que no sabía que estabas siendo brusco, pero me gusta. Sonríe y se da la vuelta para abrazarme. —Tenemos que conocernos más, estamos casados. —Si lo sé. Me fijo en su pecho y veo su tatuaje, tiene el nombre de Ximena, él nota mi curiosidad y se voltea. —Ese tema está prohibido. —No pregunte nada. —Es mejor así. Se levanta y se pone la pijama, sale de la habitación muy molesto y yo no entiendo que fue lo que hice, creo que esté hombre es bipolar, lo malo es que el bueno le toca a Pau y el malo me toca a mi. Abrazo mi almohada y me acomodo de nuevo en la cama, su aroma está impregnada en las sábanas y en mi piel, lo que me recuerda que no podré escapar de él aunque quisiera y la verdad que ya no estoy muy segura de querer. Me despierto temprano para preparar el desayuno, antes de que empiece a preparar el café entra Nelly. —Buenos días Gema, Ethan te está esperando para desayunar. —Dile que estoy dormida. —Dijo que te despertara. —Para que quiere que desayune con ellos si me ignoran por completo.  —Bueno Pau no está, se fue muy temprano al spa para estar lista para el evento de está noche. Yo suspiro, no puedo competir con ella, tiene clase, sabe rodearse de la gente rica, en cambio yo lo único que sabía de gente rica era llevarle sus cuentas.  —Anda Gema no lo hagas esperar. Me arreglo un poco y mientras me estoy peinando me veo en el espejo, mis ojos brillan de una manera especial, mi piel se ve radiante, creo que acostarme con Ethan es el mejor spa que puede haber en el mundo. Salgo del baño con una enorme sonrisa. —Ya ves que diferencia. La sigo al comedor y al llegar está Ethan sentado en su silla de siempre, trae ropa casual y se ve mucho más joven, al verme me sonríe. —Buenos días Gema ¿cómo amaneciste? —Buenos días, bien gracias ¿y tú? —Mejor que nunca.  Me sonríe de una manera que me pone nerviosa. —Siéntate Gema debes estar hambrienta. Ese comentario lo hace sin dejar de observarme y hace que me ponga roja, me siento donde me he sentado desde que llegue.  —No ven siéntate aquí. Claro no esta su Pau y me quiere para que lo entretenga, me pongo de pie y me siento a su lado, es el lado contrario donde se sienta Pau. —¿Llamaste Hanna?  —Si quedo en venir a las 2.  —Necesito que estes lista antes de las 6. —Esta bien. —Está mañana hablé con Gonzalo, dijo que te ha marcado y que no le contestas.  —No tengo nada que hablar con él. —¿No los extrañas? —No teníamos mucha relación, yo pasaba la mayor parte del tiempo trabajando. —¿En qué trabajabas? —En un despacho contable, la hermana de mi amigo Asher es la dueña.  —¿Terminaste tú carrera? —No, en casa había muchos problemas económicos y preferí dejar la escuela y ponerme a trabajar.  —No te gustaría volver a estudiar.  —No lo sé, pero lo que si te puedo decir es que  extraño mucho trabajar.  —¿Tú amigo trabajaba contigo? —No, Asher es bombero. Si poder evitarlo se forma una enorme sonrisa en mis labios al recordarlo.  —Vaya nunca te había visto sonreír de esa manera, debes de quererlo demasiado. —Bueno él... No termino de hablar cuando nos interrumpe Pau. —Ethan cariño pensé que no te alcanzaría para desayunar. Se acerca y le da un beso cerca de los labios, Ethan le sonríe.  —No te preocupes Pau, hace poco que empezamos.  Ella no disimula su molestia de verme sentada junto a Ethan y empieza a hablar como cotorra chillona, sin ofender a las pobres cotorras.  
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