—¿Qué pasa? —pregunto acercándome a la puerta. —Tú jefe —lo señala Enzo—, me está explicando a qué viene tan temprano en sábado, pero parece que no sabe qué decirme. —Te traje un té y… —me mira—. Necesito hablar contigo. Enzo no se mueve y paso por debajo de su brazo para salir. —Ahora regreso —le digo a Enzo que cierra la puerta sin estar muy convencido. Me entrega el vaso con el té. —Está semana fue un poco complicada, y no me di el tiempo para pedirte una disculpa por lo que pasó con Bartice —toma aire—. Cometí un error, y te falté al respeto con mis comentarios estúpidos. Lo miro esperando a que continúe. —No me justifico, pero como siempre les he dicho en el equipo, una relación trae problemas, y créeme que Dania y Bartice, nos han dado varios dolores de cabeza —bufa—. D