Katherine.
Abro los ojos y lo primero que escucho es a Alessandro y Nicolás.
—¡Nicolás, yo estaba con mamá primero!
—¡Papá, yo soy su mejor regalo!
—Ella es mi esposa.
—¿Cuánto tiempo ha pasado, papá? Yo llevo más de cinco años con ella.
—Eso no cuenta, Nicolás. Yo estoy con ella desde anoche.
—¡Yo desde que nací, papá!
No puedo creer que estén peleando a estas horas, a penas está saliendo el sol.
—¡Ambos, largo de mi habitación! A los dos amo por igual, no me importa quien vino primero o después. Tú eres mi esposo y tu mi hijo no pueden competir por un lugar en mi corazón, porque los dos están primero.
—Lo siento, mamá.
—Lo siento, muñeca.
—¡Largo de mi habitación!
—Está bien, por eso decía que Nicolás y yo ya nos íbamos.
Ellos salen y me dejan a solas, me estiro sobre la ca
