(Narra Annie Rowan) Esa noche en la cabaña la cena transcurrió como siempre, en total silencio. No hablábamos ya que nadie tenía ganas de decir algo. Mi abuelo también iba a menudo al hospital. El realmente apreciaba a Carter, siempre dijo que él era un muchacho alegre y lleno de vigor, además de educado y amable. La cena terminaba y yo salía con Dante a caminar por el bosque. Una noche él me confesó el terrible sentimiento de culpa que lo atormentaba, al igual que Bree, creía que era su culpa, por haberlo involucrado. ― No es culpa de nadie, Dante. ― Le dije en un intento por aliviar su dolor, pero eso era imposible. No podía hacerlo cambiar de idea, dijera lo que dijera. ― ¿Cómo pude hacerle eso, Annie? ¿A mi mejor amigo? ― Exclamó mientras se llevaba las manos a la cabeza. Yo me puse