(Narra Annie Rowan)
Me encontraba en mi recamara alistándome para volver a clases. Estaba casi lista, ya solo me faltaba un toque, uno muy especial. Miré mi reflejo en el espejo y me coloqué el gorro sobre el cabello suelto. Sonreí y no aparté la mirada de mi gorrito.
―Te extraño, abuela. ― Susurré y salí más que feliz. Ese día era uno muy especial, volver a clases no era lo importante. Había otra cosa que hizo que al despertar mi pecho se hiciera grande, como si lo inflaran con mucho aire, mi garganta tenía una sensación extraña. Como un sabor amargo pero al mismo tiempo dulce.
― ¿Estas lista? ― Me llamó Dante desde el umbral de mi puerta.
― Lista. ― Le dije y él me extendió un bello ramo de flores blancas. Olían muy bien, mi nariz inhaló el aroma mientras él me tomaba de la man
