Tú

La bonita actriz An Sora caminaba a paso firme por el lujoso restaurante Yuko, todos la miraban con gran asombro, era tan bonita que nunca faltaba quien le tomase alguna foto, ella sonreía ampliamente luciendo espectacular, iba seguida de su manager y de su asistente, se distrajo por unos segundos cuando un mesero chocó por ir viéndola y An solo sonrió, aquel accidente fue muy tierno y un poco gracioso. Pero su sonrisa se desvaneció casi de inmediato cuando uno de sus tacones se deslizó un poco, aquel pequeño desliz la hizo perder el equilibrio, alzó las manos al cielo y trató de pisar fuerte para evitar resbalar. Pero fue inútil, se resbaló completamente cayendo hacía enfrente, cerró los ojos esperando un fuerte golpe, pero a cambio, cayó en los brazos de alguien, quedando totalmente a salvo. Se sintió afortunada y agradecida, abrió los ojos solo para ver unos hermosos zapatos relucientes. Alzó la vista con lentitud para ver a su salvador y su sonrisa llena de alivio se esfumó por completo. Estaba en los brazos de un hombre realmente atractivo, pero no fue aquel hermoso rostro lo que la hizo quedarse sin aliento, fue esa mirada fría llena de irritación. Aquella mirada qué la atravesaba como dos flechas llenas de fuego. —DI…Disculpe— Dijo An muy avergonzada y asustada, al mismo tiempo asombrada de haber caído en los brazos de un demonio tan hermoso. —Fíjate por donde vas, si no sabes usar tacones mejor no los uses. An se quedó en blanco. Aquel hombre era nada más y nada menos que Jeremy Davis, el presidente de Davson corp, era un hombre rico y conocido en el ámbito de los negocios, también era el nieto de la famosa actriz Carlina Davis. Y aunque An y Jeremy no se conocían, había algo que los hacía ver muy unidos. Detrás de Jeremy estaba su asistente, Agatha, quien miraba aquella escena, había sido un accidente real. Por supuesto ella reconocía a la bonita actriz qué estaba en los brazos de su jefe, An Sora era famosa y era mucho más bonita en persona, sus facciones finas y delicadas la hacían ver como una hermosa muñeca de porcelana. Lo que más sorprendía a Agatha es el modo en que estaban abrazados, a pesar de que An ya se sostenía sola, aún estaba en los brazos de su jefe, y su jefe por alguna razón aún no la soltaba. “Curioso”. Agatha se dio cuenta del hombre que tomaba fotos sin parar, miró al guardaespaldas de su jefe y le hizo una seña, sabía que los fotógrafos estaban ahí por An, pero la imagen de su jefe también estaba de por medio. Mientras tanto, An parpadeaba sin control. —¿Qué ha dicho?. —Me sorprende como las mujeres prefieren la incomodidad antes que su bienestar. An se sacudió con fuerza haciendo que Jeremy la soltara, lo miró con furia y se acomodó el vestido que usaba. —¿Estás bien An?—Preguntó su manager un poco preocupado. —¿Acaso nunca ha tenido un accidente?, ya le dije que lo siento— dijo An tratando de no perder los estribos, sus mejillas se inflaron ligeramente mientras que un puchero se formó en sus hermosos labios. —Como sea— dijo Jeremy sin dejar su actitud arrogante. An solo lo miró marcharse quedándose boquiabierta, pues nunca antes un hombre fue tan cruel con ella, por lo regular los hombres la trataban dulcemente, pero ese hombre no cayó en sus encantos. —¿Quién se cree ese tipo?—Se preguntó An así misma. —Déjalo An, no importa, ya es tarde, hay que irnos— dijo su manager. ……… A la mañana siguiente, cuando An se despertó, se estiró un poco y antes de que pudiera poner un pie en el suelo, la puerta de su habitación se abrió de golpe. An se abrazó de su cobija un poco asustada al ver a su manager entrar a toda prisa. —Al menos toca— dijo ella un poco ofuscada. —Tengo malas noticias— dijo Josh ignorando que había asustado a An, Josh era el manager de An, en sus manos llevaba una tablet. —Mira esto— Continuó mientras le mostraba la pantalla. An lo tomó y miró aquella noticia. “La actriz An Sora en un romance secreto con el millonario Jeremy Davis, se les vio juntos en un restaurante demostrando el afecto qué se tienen…”. —¿Quién es Jeremy?—Preguntó An sin entender. —Mira bien la foto— dijo Josh un poco angustiado. An se tapó la boca, era el mismo tipo petulante con el que había chocado. —¡Pero esto es mentira, ni siquiera lo conozco!. —Lo sé, no te preocupes, vamos a demandar por difamación. —Tienes que arreglarlo. Josh asintió. —Lo haré, quédate tranquila. Una hora después…. —Lo siento mucho, no sabemos de donde se filtraron esas fotos, ya hay miles regadas en el Internet, tratar de borrarlas es inútil, pero hay algo que podemos hacer—Dijo Nancy, la encargada de relaciones publicas. —¿Qué?, dilo de una vez— dijo Josh un poco angustiado, un escándalo ahora, era lo que menos quería. —Una conferencia de prensa, habla con Jeremy, convéncelo de que aclare la situación junto con An, de que todo fue un mal entendido, así todo quedará aclarado por ambas partes. Josh resopló un poco frustrado. —Bien. Esa misma tarde, Josh hizo innumerables llamadas a Davson Corp, pero siempre lo dejaban en espera. Y cuando por fin tuvo la oportunidad de hablar con la asistente de Jeremy esta fue muy frívola. —Él no tiene tiempo para una conferencia. —Pero él también esta envuelto en este escándalo. —No es la primera vez que una mujer trata de enredarlo en chismes, si se vuelve más grande yo me ocuparé, te aconsejo qué hagas lo mismo— dijo Agatha antes de finalizar la llamada. Josh solo frunció el ceño. Mientras tanto, An no dejaba de ver aquellas fotos, si parecían una pareja dándose afecto, pero lo mas gracioso, eran los comentarios, los cuales no eran tan buenos, pues al parecer, Jeremy tenía un gran grupo de fans. Ella no podía creerlo, no conocía a ese tipo, y al parecer no era cualquier sujeto, se metió a investigarlo, había muy poca información sobre Jeremy Davis, pero se sorprendió mucho al ver que era nieto de la asombrosa Carlina Davis. —No puede ser, ¿Quién es este tipo?. ‘Empresario multimillonario dona cientos de dólares….’ ‘El empresario Jeremy Davis abre una nueva empresa…’ An se rascó la cabeza y negó. ‘An Sora es muy poca cosa para el guapo de Jeremy’. ‘Hermoso Jeremy no dejes que esa trepadora te seduzca 😭’. ‘¡Odio a An Sora…!’ An cerró su laptop con fuerza y negó, ¿Por qué tenían que ser tan crueles?.