[PASADO—HANNA] 22 de septiembre, 2011 Santa Mónica, California Una peluca color rubia corta hasta el hombro con flequillo, lentes de sol que cubren las lágrimas que no paran de caer de mis ojos y ropa totalmente negra, un luto camuflado para que nadie de la ciudad pueda reconocerme. Tardaron más de una semana en entregarme el cuerpo de mi hijo y de trasladarlo de Miami aquí. Fueron los días más largos de mi vida, es recién hoy que puedo darle un cierre a la muerte de Noah, aunque la verdad nunca podré superarlo. Nunca llegue a pensar que, a dos meses de cumplir 19 años, me tocaría vivir un dolor como este, ahora comprendo aquella frase que dicen de que un padre nunca está preparado para enterrar a un hijo. El cura termina de decir aquellas palabras de consuelo y los encar