Café

1388 Words
Corro por la ciudad tratando de despejar la mente y como buena rutina de ejercicio, mientras escucho música decido subirme la capota del abrigo al ver que comienza a llover. Sin importarme continúo corriendo mientras observo la ciudad. Amo este lugar, amo el olor a la lluvia y que el cielo siempre esta nublado, aunque cuando hace sol se segué sintiendo esa brisa fría. Voy tan distraída que no me fijo en que el semáforo por el que voy a pasar esta en verde. Un jaguar n***o muy hermoso de detiene de golpe frente a mi golpeándome un poco en la rodilla. -              pero ¿qué te pasa imbécil?  – gritó golpeando el capo del auto viendo como la puerta del conductor se abre dejándome ver a Marcel quien me observa enojado. -              ¿Qué es lo que está pasando por tu cabeza al querer cruzar la calle cuando el semáforo está en verde? – me devuelve la pregunta, levanto la mirada viendo que es verdad lo que me hace sentir como una tonta. -              Disculpe señor – digo viendo cómo se acerca hasta mi sin importarle que se está mojando. -              ¿te lastime? – pregunta ya frente a mí y yo niego con la cabeza. - ¿Qué haces aquí afuera si está lloviendo? – la intensidad de sus ojos me deja perpleja un instante, pero Holly viene a mi mente lo que hace que reaccione. -              Disculpe de nuevo la molestia – digo desviando la mirada hacia el semáforo que se encuentra en rojo y sin esperar respuesta de su parte, retomo mi camino hasta el edifico donde vivo. Al llegar pasó directo a mi habitación donde me desnudo dejando mi ropa mojada en el suelo para entrar a la ducha. Me lavo con agua caliente sacando de mi cuerpo el agua de lluvia. Cuando salgo voy a mi pequeño closet y elijo que ponerme. Tomo un pantalón café de tela, una blusa color crema sin mangas y con unas hermosas tiras. Tacones al color de la blusa y un abrigo beige. Me seco el cabello y dejo que caiga en delicadas hondas naturales, me maquillo levemente, cuando estoy lista tomo mi bolso y salgo de la habitación en busca del maletín donde guardo mi portátil. En la cocina tomo una manzana y las llaves del auto para después salir del apartamento. Continúa lloviendo mientras me adentro en el tráfico por lo que conduzco despacio hasta llegar a la empresa. Cuando estoy aparcando veo que mi celular comienza a sonar, pero al ver que se trata de Holly, decido ignorar la llamada. Salgo del auto y camino hasta el ascensor viendo que el teléfono suena de nuevo, pero lo ignoro.   Cuando llegó a mi oficina veo un vaso de café sobre mi escritorio y sonrío dando gracia a Dios por mi asistente. -              Buenos días señoría Sainz – me saluda Lisa y yo me vuelvo a verla, pero veo que tiene en sus manos dos vasos de café. -              ¿Quién trajo este? – preguntó mostrándole en que tengo en la mano, en ese momento noto qué hay algo escrito en el. "Para que no vayas a resfriarte. MF" Abro los ojos como platos y voy hasta el cuarto cafetería qué hay en nuestro piso y lo tiro a la basura. Me vuelvo a ver a mi asistente y le recibo el café que ella me ofrece. -              En un rato tiene reunión con la señora Winsther - me informa y yo la observo – adquirió una nueva propiedad y quiere que usted se haga cargo. -              ¿Algo en especial? – pregunto sentándome para encender mi computador. -              Un apartamento a orillas del Támesis – responde y yo asiento con la cabeza. – otra cosa señorita, su hermana la ha estado llamando para informarle sobre una cena habrá esta noche con la familia de su novio y a la cual quiere que usted asista. -              ¿Qué tengo yo que hacer allí? – preguntó y ella niega con la cabeza – dice que si iré – responde porque es la única forma que dejará de insistir. -              Le abriré el espacio en su agenda – dice tomando nota en su iPad. -              No es necesario, solo dile que iré – respondo y ella entiende a lo que me refiero. Pasó el resto del día enfrascada de lleno en la propuesta para Marcel y en el nuevo proyecto de Sarah Wisther, una mujer que se dedica a la adquisición y venta bienes raíces. Ella compra las propiedades, las adecua a su gusto, vive por un corto tiempo en ellas para después vendarlas amuebladas y listas para habitar. A la hora del almuerzo, Lisa me trae unos Ravioles al pesto que devoro gustosa. Mientras continuó trabajando, a media tarde visitó a uno de mis proveedores en busca de nuevas telas que quiero incluir en el apartamento de Marcel. Cuando vuelvo a la oficina llevo un muestrario en las manos que analizo mientras camino por lo que al entrar no me doy cuenta de la imponente figura que se encuentra sentado en mi silla de trabajo. -              ¿tan mal le caigo? – su voz hace que levante la mirada rápidamente sorprendida de verlo allí. -              No sé a lo que se refiere – respondo caminando hasta la mesa alargada de cristal qué hay en mi oficina donde dejo las muestras, para ir por mi portátil que se encuentra junto a él. - ¿en qué puedo ayudarlo? – digo volviéndome hacia la mesa pasando de él. -              Comprobar que estuviera bien – responde tras de mi mientras yo abro el plano de su apartamento que ya llevo adelantado con las paredes pintadas. -              Fue una imprudencia de mi parte que no pasó a mayores – camino hasta una de la repisa qué hay en mi oficina con muestrarios de toda clase de productos que pudiera necesitar. Tomo las paletas de colores y vuelvo a la mesa. -              ¿es mi apartamento? – pregunta sentado observando la pantalla de mi portátil. -              Si – respondo sin más y veo que se pone de pie para acercarse a mí, su exquisito olor a cuero y jengibre inunda mis fosas nasales haciendo que mi piel se erice. -              ¿Por qué tiraste el café? – pregunta poniendo su mano en mi mentón levantando mi cabeza para que lo vea directamente a los ojos. -              No.… no me gusta el café – respondo pero me doy una bofetada mental por la idiotez que acabo de decir. Lo veo sonreír de medio lado y forma muy sensual. -              Es mentira, se perfectamente que te gusta el expreso muy cargado, lo que me deja ver que no eres inglesa por que no te gusta el té.  - responde y yo abro los ojos como platos, es verdad no soy inglesa de nacimiento, pero he vivido toda mi vida en Inglaterra. – que ojos más hermosos tienes. -              Señorita... - dice Lisa lo que hace que me separe de él – disculpe, no quería interrumpir. -              No te preocupes – digo acercándome a ella - ¿Qué sucede? -              Su hermana, en la línea dos – dice y yo me vuelvo a ver a Marcel que ni se inmuta, ¿por qué iba hacerlo? Holly y yo no somos realmente familia, si bien nos criamos juntas ella tiene el apellido de su padre y yo de mi madre, además de que soy adoptada. Así que él no sabría que es mi hermana de crianza. Camino hasta mi escritorio y tomo el teléfono. -              ¿Qué quieres? – preguntó molesta al responder. Sé que tras esta cena hay alguna intensión oculta. -              Recordarte que estamos invitadas a comer con los Spencer que se encuentra visitando a su hijo – dice molesta y yo observo a Marcel revisando el muestrario de las telas – no me vayas hacer pasar una vergüenza. -              Lo que digas – respondo sin más para luego colgar. – señor Faragov, no creo que sea conveniente que se encuentre aquí, podrían pensar que usted tiene favoritismo. – lo veo fruncir el ceño y parece molesto. -              Que tenga un buen día señorita Sainz – sin más sale de la oficina dejando un rastro de su aroma que empieza a gustar. 
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