Me encontaba muy apenada con la familia de Christopher, presente frente a mí, pero debía saludar y simular que estaba habituada a situaciones similares. En general, su familia me recibió muy bien, aunque me sorprendió, ya que yo era una novia repentina, no una chica a la que ellos conocieran de tiempo y le tuvieran confianza. ―Así que tú eres la chica afortunada que por fin le robó el corazón a este muchacho... ―dijo Stewart, el hermano menor de Christopher. ―Claro que me siento muy afortunada y feliz... ―dije tímidamente. ―No les hagas caso... ―dijo Cara, hermana mayor de Christopher, ―queremos que te sientas bienvenida y a gusto entre nosotros. ―Muchas gracias, y, lo estoy, lo aseguro... ―dije, a pesar de sentirme muy nerviosa. ―¿Sabías que eres la primera chica que nos presenta