Alexa
Tocan la puerta de mi departamento, abro y miro su hermosa mirada azul, mi corazón palpita fuerte al verlo, quisiera abrazarlo y besarlo, pero no puedo hacerlo
— ¿Qué haces aquí? –pregunto y me mira fijamente
— ¿Es verdad que vas a dejar el hospital? –dice con tono seco, mierda, quien pudo decírselo, ¿cómo es que sabe todo lo que hago?, no debería sorprenderme, es un maniático del control
—Si – digo con tristeza, debo alejarme de él, de su hermosa mirada y su ardiente sonrisa, y si sigo en el hospital sé que cederé a su dulce aliento.
— ¿Tanto me odias? – pregunta con amargura, si supiera que lo amo con toda el alma, que por eso me alejo, porque no quiero seguir sufriendo
—No lo hagas, es tu sueño ser doctora, no lo dejes por mí, no voy a volver a molestarte, no te buscare y no
